Como faro de luz azul, se me antoja tu mirada,
que nutre mi camino con el fulgor de tu abrazo tenue, bañado de
estrellas que me acompañan para que la soledad no sobrecoja mi sonrisa, y
no fustigue a mi alma enamorada...
Tu presencia, que se
manifiesta como vida eterna, se me clava en el pecho como ráfaga de
vendabal que me atraviesa, y que despierta un mundo de mariposas que
vuelan dentro de mí, con sus alas zafiro, brillantes, extenuantes de
felicidad, contagiando mi cuerpo del gozo de su libertad, de su amor, que es tu amor en mí...
Si tan sólo tu beso en la madrugada fuera más largo, tan, tan intenso y
tan extenso que me durmiera para siempre en él, tal vez lograría
comprender esta unión contigo, más allá de lo que la realidad me explica
y me muestra, más allá de lo que todo lo que yo soy siente cuando me
besas, porque el estremecimiento sobrecoge mi piel y la traspasa...
Tú sabes muy bien eso, sabes cómo llegar y con un solo gesto alcanzar por completo a mi alma...
No puedo decir que te quiero, eso no basta, te amo desde el amor, no
desde mi cuerpo, mas mi cuerpo lo vive por entero, vive el amor en cada
célula, en cada sueño, en cada osadía de amarte con mi espíritu, con mi
alma, con mi boca, con mis ojos, con todo lo que soy en cada uno de los
universos...
Sea quien sea yo, tenga el nombre que tenga, más
allá de lo que entiendo, más allá de donde habite mi ser, incluso más
allá de mis sentimientos, allí, allí mi amor se convertirá siempre en tu
cuerpo, en tu alma, en tu ser, en todo lo que eres en miles de
universos...
Arael Elämä...
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