jueves, 28 de agosto de 2014

TU ES MON AUTRE

TU ES MON AUTRE...

Tú eres mi otro...
escucho tus silencios,
los vacío en mi ser,
me lleno de tus besos,
en el atardecer...

Tú eres mi otro...
la música de mi alma
la sientes dentro de ti,
te abraza y te reclama
te bebe para vivir...

Tú eres mi otro...
mi océano nace contigo,
y tú nadas en él
buscando el abrigo
que te devuelva a tu ser...

Yo soy tu otro...
mis ojos son el cristal
que brilla en tu mirada
en tu esencia más real,
y en ellos desnudas
tus torpes pasos rebeldes
cuando no te escudas
en lo que no eres...

Tú eres mi otro...

En el infinito te espero
para poderte decir
con mi corazón completo
que siempre estuviste en mí....

Tú eres mi otro...

Si no estuviéramos aquí...
yo sería tanto en ti
que no existiría en mí...


Arael...


martes, 26 de agosto de 2014

AMOR INEFABLE



Cómo podría expresarte mi amor sin enturbiarlo con palabras inadecuadas. Este inefable amor que no se define con un gesto, ni con un abrazo, que no se puede expandir desde mí hacia ti porque los cuerpos nos lo impiden, este amor que viaja entre mundos, que se filtra entre los obstáculos que nuestra mente nos impone, este amor que no entiende de distancias, ni de tiempos, ni de identidades, ni de sufrimientos…

Sólo mostrándote mi alma entera, mi infinita conciencia que ilumina esta pequeña existencia, fractal de mi realidad completa, alcanzarías a saber un poco lo que es amarte, sólo si mirases más allá de lo que ves, elevándote por encima de ese hombre que eres, siendo ese dios que nació encarnado en ese cuerpo de humano, conocerías la profundidad del amor que se extiende desde mí hacia ti y que de ti vuelve, regresa en una expresión incrementada eternamente, en un flujo inacabable de doradas estelas de refulgente luz que nos envuelve, que cobija a dos universos unidos en amor divino, amor cósmico que estalla en un éxtasis de placer que nos delata…

Decir “te amo” no es suficiente, es reducir a la fuente creadora en dos palabras insignificantes, pero si las pronuncio al contemplarte, vaciando mi alma desde tus ojos hasta tu mundo, entregándome sin miedo al paraíso de tus besos ocultos, de tus deseos no saciados, abrazada a tu existencia con todas mis fuerzas, entrelazada a tu mirada con mis piernas, con mis brazos, con mi espíritu, con mi alma, con la clemencia del amante que se rinde a lo que siente, con la luz de lo que soy emulsionada en tu fragancia, aroma de alma, de hombre, de ser, de dios etéreo que también hasta mí viajas… sólo entonces hago algo de justicia a lo que emana hacia ti mi corazón de diosa enamorada…



Cómo no amarte, cómo no adorarte, cómo no admirarte, si eres la estrella que late como fuego fulgente en mis entrañas, en mi pecho, en el intenso ser que soy en los mundos donde habito, siendo mis venas, mi sangre, mi brillo radiante que luego emerge en tu cuerpo y en el océano de tu esencia divina y fulgurante…

Cómo no darme…cómo no darte… si entretejidos con los hilos de la luz que nos une, la creación del amor eclosiona como un volcán de llamas sagradas que se funden y que estallan desde la esfera de pasión que nos envuelve, hacia el todo, para ser amor en cada partícula de cualquier universo que se nos presente…

Si un día tocas este amor que se me pierde, que se destapa, que te persigue y juega al escondite mientras tú te escapas, sabrás que has encontrado tu universo oculto en otro cuerpo esperando a que seas capaz de verlo y amarlo sin que tu mente lo juzgue, o lo considere indigno de entrar en tu alma…

Y si eso ocurre, abre las puertas porque eres tú quien me llama, es tu voz la que en sueños me busca y me reclama, es mi alma la que llega para que puedas dormir sin preguntarte dónde está lo que anhelabas…

En mi regazo de amor inefable se halla la ternura que te acaricia cuando estás solo  y en calma, esperando a que un día te desnudes de los dogmas de la cárcel que aprisiona a tu alma, del pasado que te hiere con las cadenas que te atrapan, de la mentira que ciega tu hermosa y noble mirada, detrás de tu fingida mirada…

Arael Línley

lunes, 25 de agosto de 2014

POESÍA EN MÍ



Surco palabras enredadas en mi pecho, para enlazarlas con los versos despojados de mis manos, con las luces indelebles de mis ojos al besar los horizontes desmayados en mis brazos, rezagados, desvestidos de la noche que se duerme entre mis antiguos miedos ya perdidos en la niebla del pasado, que destila este presente diferente, dibujándome certera sin la piel de quien ayer yo era, sin disfraces…




Nado en la profundidad de mi poema y en senderos de belleza y esperanza, cuyos umbrales se apalabran con mi calma, soy serena y brava, entera e infinita, soy espíritu fugaz y mi atavío es la fuerza que me otorga la libertad de mi alma, que se eleva, que se escapa de ataduras ya cortadas, y entre las sombras se hace luz para brillar por encima de los límites de la alborada…

La musa se viste de estrofas de ensueño mientras desperezo mi indolencia de esta vida inventada por las mentes obsoletas, y es fragante, es etérea, es la magia que me envuelve en la pureza, se desliza por mi rostro mientras me diluyo en la mañana, lírica de sonidos sordos que secuestran mi torpeza y la transforman en el oro del fulgor de mis pupilas abrumadas, pues es la poesía la alquimia de mi verdad más sagrada, la de un ser que abre sus alas, y así, feliz y completa, vuelo sin temor a ser juzgada…

Soy el viento, soy la brisa, soy el agua, soy el fuego y la pasión que grita sublime hasta el final de mi inefable existencia enamorada, soy la bruma del silencio que mi corazón no calla, soy el fondo del secreto que se conecta con la divinidad, el cielo, el paraíso y la felicidad más añorada, soy la isla donde se ocultan el camino, la selva, el volcán y la playa… Soy un gran universo escondido en una humilde y prudente mirada…

Sin ella no soy lo que soy, y sería otra persona y otra alma, la poesía es mi corona, mi nombre, mi voz, mi verdadera fragancia…

Arael Líntley..

lunes, 11 de agosto de 2014

TU UNIVERSO EN MÍ

Descansa en el regazo de la luna de mi alma para que pueda aguardar el momento de explicarte cuánto universo hay en mi existencia y cuánto de él hay en la tuya, manifestado como un susurro inalcanzable, infinito y recóndito de tu esencia completa y resguardada de la lluvia amarga de este mundo en tu interior. Contempla las estrellas de tu espacio y descubre la belleza de su luz y su delicadeza sublime que se refleja en tus pupilas cuando permites que el fulgor de tu deidad se eleve por encima de los muros de tu indeleble humanidad.

Despliega tus andanzas para que tus retos se revelen ante ti como humildes siervos de dulzura y resplandor, para que tus pasos sean vuelos en tus cielos de aventuras y despertares sacros que se posan en tus manos, preparadas para dar, para coronar de amor todo cuanto te rodee.

Desalienta la penuria y asciende en la longeva divinidad de tu alma pura, para ser el manto que cubre los huecos de la soledad incierta, la que se muere en mis pestañas cuando llorar es padecer el abatimiento de una vida que no ha nacido para ser una mentira.



Tu universo en mí se desenreda en estrellas y planetas que se vuelcan en la órbita de un amor eterno, un delirio humano que se deshace como el hielo cuando el fuego de tu esplendor fulgurante se hace añicos en mi pecho y en millones de partículas de cristal azul zafiro se disparan hacia tu corazón sediento de beberme, como ese mar que refleja tu consciencia y tu esperanza de nadar y bucear en el remolino de mis olas, mis corrientes submarinas que dibujan la grandeza entre nuestras almas nómadas.

Mi universo en ti se extiende en cometas, asteroides y en increíbles galaxias que danzan y cantan como ángeles de versos transparentes, entre poemas de palabras que te buscan tiernamente cada noche, para darte un mundo completo y pleno, traslúcido y sereno, adormecido entre tus sueños de verdades coherentes, de belleza celestial y sorprendente.

Eres mi universo en mí, soy la nave de los cuerpos que se hicieron, el punto de unión de los recuerdos que se habían dormido, el ancla, el timón y el capitán de la misión que por amor escogimos, soy tu ser en tu alma y en tu mente, soy tu brillo, soy todo lo que tú eres, somos un cosmos en dos cuerpos divivido, un perpetuo big bang que entre ambos explota sin apenas hacer ruido.

Arael...

viernes, 1 de agosto de 2014

REFLEJO DE MIRADAS

A veces me convenzo de que mirarte es mi alimento, y de hecho, lo es...

Lo es porque mirarte me devuelve mi reflejo, porque tu luz me envuelve y me consiente, mas me recuerda que el anhelo de tenerte es justamente lo que me aparta de la oportunidad de complacerme, pues me araña el deseo de saberte y abrazarte más allá de lo que lo hace mi mirada, aunque imposible sería darte más de lo que mi alma te ama y amalgama, darte más de lo que mi ser te siente dentro de él, como sello o tatuaje que nació conmigo antes de ser esta persona humana...

Y es que mirarte es descubrirme mientras confirmo de nuevo cuánto soy de ti y cuánto aún no sé que somos por la falta del recuerdo...

Abrí los ojos a tu mundo y quedé inconclusa en mis emociones desenterradas ante tu presencia, ante lo que ya pensé que no vería, ante lo que me mostré a mí misma como parte de un camino en el que ya me daba por vencida...

Y te miré mil veces más, y otro millar de miradas se posaron como alas en tus párpados y en tus pestañas, colocando cada partícula de amor en cada molécula de tu piel, de tu cuerpo, de tu alma, de tu ser, de todo lo que tú eres en esta vida humana y en cualquier existencia tuya, pues te alcanza hasta allí mi mirada...



No te veo, te esculpo en mis pupilas, y el destello que desprendes cuando acaricio tu Yo entero con las plumas de las alas de mi angelical amor que te venera, se me clava en el corazón para que estalle en las chispas del fulgor de mis reverencias de humildad ante quien eres, ante quien soy, ante la llama de amor que se despierta al encontrarnos en los mundos en que sí nos acordamos, en que las memorias de la pureza y la belleza del espíritu que nos une y de donde procedemos, nos condecen el regalo de aprender a amarnos en esta tierra, donde es tan difícil darse tanto, donde es tan burdo y triste no reconocer lo que tanto amamos...

Y en la brisa del viento vuela libre esa mirada que te alcanza mientras despiertas en la madrugada en un segundo, en el momento justo en que mi beso se desliza por tu frente y te da la bienvenida a un nuevo día en el que tus ojos, como soles que iluminan mi mañana, se dan cuenta de que vivo todavía en las lágrimas que por mí en algún momento derramaras, mas sin saber que yo te acariciaba invisible y olvidada en el anhelo de tu alma enamorada...

¿Acaso crees que fuiste sólo tú quien añoraba?

En la ventana, el gorrión que canta, la paloma que vuela entre los árboles que susurran con sus hojas en la calle desierta y aún dormida mientras observas tu añoranza, traducida en el gesto rutinario de cada mañana, los primeros rayos del sol que se filtran por entre las ramas, los primeros ruidos matutinos que se cuelan como extraños por tu casa, tu primera sensación contradictoria, de serenidad y seguridad en tu soledad cuidada, de nostalgia y desasosiego en tu caminar en esta vida extraña, en las prisas de tus comprometidos tiempos de obligaciones banales y tus capacidades de supervivencia en esta sociedad alocada, en la camisa escogida para el evento, en el armario, en el agua que limpia suave tu pelo bajo la ducha caliente que despereza tu sueño, en el momento en que el perfume recorre tu cuerpo, en tu desconcierto repentino cuando presientes algo incierto, ahí, en todo eso y en mucho más, duermen mis miradas descansadas, latiendo como corazones en tu vida esperando a que las veas y las mires sonrientes para endulzar la amargura de tu trayecto, de tu paso firme y perfecto, y en todo eso, se haya mi esencia disfrazada de momentos, de instantes que parecen desiertos, mas nunca lo fueron, porque yo siempre estuve en cada pensamiento, en cada sentimiento, porque vivo dentro de tu alma y también respiro grácil de tu aliento...

A veces me convenzo de que mirarme es tu alimento, y de hecho, lo es...

Lo es porque mirarme te devuelve tu reflejo, porque mi luz te envuelve y te consiente, mas te recuerda que el anhelo de tenerme es justamente lo que te aparta de la oportunidad de complacerte, pues te araña el deseo de saberme y abrazarme más allá de lo que lo hace tu mirada, aunque imposible sería darme más de lo que tu alma me ama y amalgama, darme más de lo que tu ser me siente dentro de él, como sello o tatuaje que nació contigo antes de ser esa persona humana...

Somos el reflejo de dos miradas que sin estar juntas y desde siempre se aman...

Arael Líntley...