Hoy
al despertar, el sol de tu sonrisa ha iluminado mi rostro, bañándolo
de tu dulzura, de tu infinita osadía de amar a esta persona que soy,
esta mujer envuelta en su crisálida, mutando un día y otro,
sedienta de ser esencia pura vestida de humanidad, abrazada mientras
tanto a tu cálida mirada, que me recuerda que la vida junto a tu
presencia es la bendición más sublime que recibo cuando abro mis
ojos cada mañana.
Hoy
al despertar, tu mano ha rociado con su aroma a la piel que recubre a
esta persona que yo encarno, viajando entre mis deseos, dibujando en
ella mis sueños, borrando así todos mis miedos, calmando la
angustia de mis desconciertos, bebiendo después con tus labios las
dudas que todavía en mi ego vivo y siento, y he sabido que amarte es
lo que enciende mi pecho y me eleva hasta alcanzar dimensiones y
espacios que todavía en mis memorias recuerdo.
Hoy
al despertar, mi cabello se ha enredado con tu cuerpo, y atravesando
los muros de mi inconsciencia, has derrotado a los monstruos que
construye mi torpeza, aquellos que se me cuelan por las grietas de lo
que aún no he logrado trascender y superar, y que tú doblegas tan
sólo con rodearme con tus brazos para transmitirme lo que siempre me
susurras, que soy fuerte, que soy Ser, que cualquier barrera que yo
vea no es más que una ilusión que yo misma me impongo cuando temo
progresar.
Hoy
al despertar, se han fundido nuestras almas, nuestros seres, nuestra
divinindad, y mi personaje humano, que te ama, que te ama impune,
voraz, se ha perdido en tu energía vigorosa y ha sentido expandirse
su conciencia hasta lo interminable, lo inalcanzable, lo
indescriptible, para morir en la pasión más celestial y soberana,
amor de encuentros en todos los lugares donde nacemos y no nacemos,
amor de fractales de nuestros seres que en muchos mundos nos
encuentra para volver a despertarnos juntos cada alborada.
Y
es que contigo me elevo, contigo me entiendo, contigo he nacido mil
veces y mil veces he muerto, contigo me hallo y me reconozco en tus
besos, contigo percibo quién soy cuando te observo, contigo me
duermo y contigo, amor eterno que existes siempre en el núcleo de lo
que soy como ser etéreo, contigo, contigo me desnudo de lo que no
soy y me despierto...
Arael
E. Araham.
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