He
descalzado todo lo que hay en mi mente, tras una lucha sedienta de
serenidad, tratando de ser sólo lo que soy, sin máscaras, sin
mentiras, sin disfraces que oculten lo que estoy sintiendo.
Me
adentré en el bosque de los pensamientos, aquellos que se escriben
como capítulos de una novela de desamor, de tristezas, de pasos
inciertos y de errores y culpas. Y ahora, he ido talando, uno por
uno, cada invento, cada temor, cada fantasía absurda que se creaba
con el único fin de limitar mi camino.
Ahora
he roto los muros que me impedían ver lo que había más allá de
las sombras de mi alma y tras la noche oscura, un amanecer se me
muestra con imágenes que jamás creí que podría contemplar.
El
sendero de mi autodescubrimiento no está exento de monstruos y
fantasmas, pero con amor y valor, con honestidad y lucidez, con
ternura y comprensión, con respeto, he logrado verme en el espejo y
aceptar quién era y es persona que estaba viendo reflejada.
No
quise huir de mí misma, sino llorar, dejar que el llanto por la
compasión hacia un alma atormentada por los pensamientos que la
atrapaban, fuera la vía de escape de una energía obsoleta que debía
ser liberada.
Y
es que la lucha entre mi esencia, deseosa de renacer, de brillar con
todo su esplendor, y mi mente, cargada de prejuicios, de ideas
preconcebidas, de creencias falsas, de programas ejecutándose sin
que apenas pudiera percibirlo, ha sido difícil, muy difícil.
El
amor ha sido la única herramienta para superar el dolor provocado
por mis propias resistencias.
Sin
embargo, el ego es muy astuto, puede engañarnos, hacernos creer que
ya estamos libres de las ataduras de la densidad de lo que no somos,
y sin embargo, descubrimos después que seguimos sufriendo de manera
absurda.
Si
dentro de nosotros guardamos esa polaridad, si nos aferramos a ella,
la proyectaremos y veremos por todas partes, y esa lucha entre luz y
sombra, continuará para siempre.
Así
que no pude hallar otra forma que conciliar mis dos aspectos opuestos
a través de la energía del amor que mi ser irradia y escuchar lo
que mi Ser le habla a mi mente confusa y enredada...
- Si te inventas un juego, yo juego contigo, si elucubras, yo te miro comprensivo, si te decepcionas, yo borro tus expectativas, si te enamoras, yo te enseño a amar con desapego, si te desmoronas, yo te abrazo y te consuelo, si crees que nadie te ama, yo te muestro cuánto amor te tengo y cuánto amor sienten hacia ti los que tienes cerca, si te distraes, yo llamo tu atención, si te enojas, yo sonrío y te contagio mi alegría, si te sientes perdida, yo te encuentro cada día, si te sientes sola, yo te acompaño y te traigo más compañía... Mírame en los árboles que desde tu balcón admiras, mírame en las sombras, más allá, donde la luz es la que las mueve y las oscila, mírame en las montañas para ver la magestuosidad de tu existencia y la mía, mírame en la playa, cuando por su orilla caminas, para nadar en mí, para sentirme acariciarte siendo agua sobre tu piel tranquila, mírame para mirarte, porque soy tú cuando me miras...
Y
así, el Ser no gana, ni pierde, sólo ama...ya no hay lucha, no hay
guerra, sólo calma...Y así ya no hay polaridad interna, y desaparece la externa, quedando sólo la magia...
Arael
Elämä Araham
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