El
quejido de mi cuerpo adormecido
se
lamenta del letargo,
del
ayer que se marchó,
dejando
un sabor amargo,
mientras
mi mente seguía jugando
a
ser un individuo de fuego inactivo,
un
hombre, o una mujer, sin vida,
una
persona esclava
de
un paradigma marchito,
de
una trampa que nos domina...
Las
lágrimas erraban los motivos
por
los cuáles querían derramarse,
y
se alejaban de las verdades,
vendiéndose
a la hipocresía
y
al control de las mendacidades
de
este mundo, corrupto, impávido,
un
desecho de la realidad imprimida,
en
nuestra piel como un impuesto,
un
castigo, un intento de olvidar
que
estamos siendo reprimidos..
Tal
vez...
O
quizás no, pudiera ser
que
me hubiera confundido,
que
cerrar los ojos a mi alma,
a
lo que siempre hubo
dentro
de mí, escondido,
esperando
a que lo hallase,
me
trastornara y me convirtiera
en
una resentida que detestaba
con
mucha fuerza ser humana...
Mas
dejé el enfado,
dejé
los puños, dejé la rabia
y
pasé a vivir mi vida
como
si hubiera nacido
en
un nueva galaxia,
enfrentando
mis delirios,
sopesando
las verdades que
otros
predicaban con su labia,
con
el discernimiento
de
un corazón despierto,
compungido
por el miedo
de
su ego a ser sustituido,
a
ser evitado y apartado
por
algo más puro, más divino,
mi
verdad, la verdad del cielo,
la
del ser, la de lo digno...
Y
el desafío se casó conmigo,
para
romper las normas,
para
dejar de sentir el mundo como un infierno,
como
un lugar ensombrecido...
Cómo
ser la magia, el mago,
la
fuerza, la diosa o la sacerdotisa...
cómo
ser lo más sagrado
si
la mente sólo destila
la
ira de tanto maltrato,
si
el pudor se enciende
por
el miedo a ser
de
nuevo corrompido
por
lo absurdo, por lo incierto,
por
el engaño de los que piensan
pero
nunca sienten, sólo así lo pretenden,
y
se ocultan..,
se
ocultan a sí mismos
que
están siendo esclavizados
por
sus mentiras subyacentes...
Puedo
ser la fuerza, el viento,
el
suspiro de un niño enternecido,
el
cambio, el rumbo a la humanidad
que
siempre he presentido,
puedo
ser la semilla de una nueva vida
que
se abrirá camino
para
lograr emerger y ser le árbol
de
la paz, del amor y de la dicha..
Puedes
ser la fruta del futuro,
de
un mañana límpido y de horizontes
frescos
y llenos de brillo,
Podemos
ser conscientes, despirtos,
mas
debemos desnudarnos
del
traje de la ira,
del
rencor, del miedo,
para
ser auténticos, verdaderos,
y
libres, libres para tocar el cielo...
Somos
el destino, somos el nuevo mundo
latiendo
y vibrando, rompiendo barreras
y
saltando peligros...
Arael
Elama
No hay comentarios:
Publicar un comentario