viernes, 8 de abril de 2016

EL RENACIDO

El quejido de mi cuerpo adormecido
se lamenta del letargo,
del ayer que se marchó,
dejando un sabor amargo,
mientras mi mente seguía jugando
a ser un individuo de fuego inactivo,
un hombre, o una mujer, sin vida,
una persona esclava
de un paradigma marchito,
de una trampa que nos domina...

Las lágrimas erraban los motivos
por los cuáles querían derramarse,
y se alejaban de las verdades,
vendiéndose a la hipocresía
y al control de las mendacidades
de este mundo, corrupto, impávido,
un desecho de la realidad imprimida,
en nuestra piel como un impuesto,
un castigo, un intento de olvidar
que estamos siendo reprimidos..

Tal vez...


O quizás no, pudiera ser
que me hubiera confundido,
que cerrar los ojos a mi alma,
a lo que siempre hubo
dentro de mí, escondido,
esperando a que lo hallase,
me trastornara y me convirtiera
en una resentida que detestaba
con mucha fuerza ser humana...


Mas dejé el enfado,
dejé los puños, dejé la rabia
y pasé a vivir mi vida
como si hubiera nacido
en un nueva galaxia,
enfrentando mis delirios,
sopesando las verdades que
otros predicaban con su labia,
con el discernimiento
de un corazón despierto,
compungido por el miedo
de su ego a ser sustituido,
a ser evitado y apartado
por algo más puro, más divino,
mi verdad, la verdad del cielo,
la del ser, la de lo digno...

Y el desafío se casó conmigo,
para romper las normas,
para dejar de sentir el mundo como un infierno,
como un lugar ensombrecido...

Cómo ser la magia, el mago,
la fuerza, la diosa o la sacerdotisa...
cómo ser lo más sagrado
si la mente sólo destila
la ira de tanto maltrato,
si el pudor se enciende
por el miedo a ser
de nuevo corrompido
por lo absurdo, por lo incierto,
por el engaño de los que piensan
pero nunca sienten, sólo así lo pretenden,
y se ocultan..,
se ocultan a sí mismos
que están siendo esclavizados
por sus mentiras subyacentes...

Puedo ser la fuerza, el viento,
el suspiro de un niño enternecido,
el cambio, el rumbo a la humanidad
que siempre he presentido,
puedo ser la semilla de una nueva vida
que se abrirá camino
para lograr emerger y ser le árbol
de la paz, del amor y de la dicha..
Puedes ser la fruta del futuro,
de un mañana límpido y de horizontes
frescos y llenos de brillo,
Podemos ser conscientes, despirtos,
mas debemos desnudarnos
del traje de la ira,
del rencor, del miedo,
para ser auténticos, verdaderos,
y libres, libres para tocar el cielo...

Somos el destino, somos el nuevo mundo
latiendo y vibrando, rompiendo barreras
y saltando peligros...


                                    Arael Elama



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