Cómo
podría expresarte mi amor sin enturbiarlo con palabras inadecuadas. Este
inefable amor que no se define con un gesto, ni con un abrazo, que no se puede
expandir desde mí hacia ti porque los cuerpos nos lo impiden, este amor que
viaja entre mundos, que se filtra entre los obstáculos que nuestra mente nos
impone, este amor que no entiende de distancias, ni de tiempos, ni de identidades,
ni de sufrimientos…
Sólo
mostrándote mi alma entera, mi infinita conciencia que ilumina esta pequeña
existencia, fractal de mi realidad completa, alcanzarías a saber un poco lo que
es amarte, sólo si mirases más allá de lo que ves, elevándote por encima de ese
hombre que eres, siendo ese dios que nació encarnado en ese cuerpo de humano,
conocerías la profundidad del amor que se extiende desde mí hacia ti y que de
ti vuelve, regresa en una expresión incrementada eternamente, en un flujo
inacabable de doradas estelas de refulgente luz que nos envuelve, que cobija a
dos universos unidos en amor divino, amor cósmico que estalla en un éxtasis de
placer que nos delata…
Decir
“te amo” no es suficiente, es reducir a la fuente creadora en dos palabras
insignificantes, pero si las pronuncio al contemplarte, vaciando mi alma desde
tus ojos hasta tu mundo, entregándome sin miedo al paraíso de tus besos
ocultos, de tus deseos no saciados, abrazada a tu existencia con todas mis
fuerzas, entrelazada a tu mirada con mis piernas, con mis brazos, con mi
espíritu, con mi alma, con la clemencia del amante que se rinde a lo que siente,
con la luz de lo que soy emulsionada en tu fragancia, aroma de alma, de hombre,
de ser, de dios etéreo que también hasta mí viajas… sólo entonces hago algo de
justicia a lo que emana hacia ti mi corazón de diosa enamorada…
Cómo
no amarte, cómo no adorarte, cómo no admirarte, si eres la estrella que late
como fuego fulgente en mis entrañas, en mi pecho, en el intenso ser que soy en
los mundos donde habito, siendo mis venas, mi sangre, mi brillo radiante que
luego emerge en tu cuerpo y en el océano de tu esencia divina y fulgurante…
Cómo
no darme…cómo no darte… si entretejidos con los hilos de la luz que nos une, la
creación del amor eclosiona como un volcán de llamas sagradas que se funden y
que estallan desde la esfera de pasión que nos envuelve, hacia el todo, para
ser amor en cada partícula de cualquier universo que se nos presente…
Si
un día tocas este amor que se me pierde, que se destapa, que te persigue y
juega al escondite mientras tú te escapas, sabrás que has encontrado tu
universo oculto en otro cuerpo esperando a que seas capaz de verlo y amarlo sin
que tu mente lo juzgue, o lo considere indigno de entrar en tu alma…
Y
si eso ocurre, abre las puertas porque eres tú quien me llama, es tu voz la que
en sueños me busca y me reclama, es mi alma la que llega para que puedas dormir
sin preguntarte dónde está lo que anhelabas…
En
mi regazo de amor inefable se halla la ternura que te acaricia cuando estás
solo y en calma, esperando a que un día
te desnudes de los dogmas de la cárcel que aprisiona a tu alma, del pasado que
te hiere con las cadenas que te atrapan, de la mentira que ciega tu hermosa y
noble mirada, detrás de tu fingida mirada…
Arael
Línley
Me encanto!!!
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