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martes, 18 de octubre de 2016

AMOR INSPIRADO

Aquí, sentada, observando la luna dorada en esta noche en la que me siento especialmente unida a su fulgor, me gustaría no precisar de nada, ni siquiera alimentarme, ni cobijarme del frío, o del calor, sólo deseo seguir sintiendo esto, este amor que brota y me eleva por encima de esta humana, y poder disfrutar de los regalos de este vida que soy, que somos, de esta vida que me abraza...

La música, una de las expresiones del alma, recorre mi cuerpo, me acaricia, me invita a volar, a ser uno con ella...

Y lo soy...

Aunque no soy nada, sólo una melodía que se funde con el viento, que navega entre el amor y el tiempo, que te busca y que te encuentra  sin esfuerzo, y que se entrega como  aire que desde tu boca inhalas...

Vivo, sí, vivo y vibro, soy una resonancia que parpadea en tus pestañas, que juguetea con tus dedos cuando los acercas al piano, soy el color del la verdad cierta de mi corazón completo...

Y si yo soy, tú eres...

Eres otra canción, o una pintura, o una danza, o una escultura, ¡una alabanza!... eres una verdad hermosa que no tiene que demostrar lo que es, pues es todo, todo, universo, magia, pasión y bonanza...

Somos el aroma de la vida entrelazada en luces de tonos intensos, inmersos en nuestras miradas...

Te veo más allá de lo que ve una persona dormida o no recordada, y sólo puedo amarte...

No, no me dañes, no hables, sólo permíteme que te ame, así, callada, sin moverme, sólo sabiendo que mi amor es el silencio que se posa en tus palabras, no necesito que me halagues, ni que me veas, soy y estaré siempre en esa sensación que vives oculta cuando te enamoras de un amanecer en la playa...

No soy de aquí, soy una gaviota que vuela y se convierte en la montaña, un valle que se transforma en el río de aguas claras que se vierte en tus labios cuando la sed te aclama, soy la amante que siempre anhelas y llamas, soy el beso profundo de una diosa que sueñas y que te muestra la inocencia de un amor erigido por encima de la incomprensible añoranza...

Soy el amor, el amor que habita en tu cuerpo y que grita y te llama...

Arael Elama

Texto inspirado en esta música....


martes, 12 de julio de 2016

LA LLAMADA ANÓNIMA


Sí, te pienso, te imagino, te rodeo con mi aroma de cristal que se me escapa como ráfagas de viento desprendiéndose de mi pecho, para abrazarte, para recordarte lo que es amar desde mi alma, para coserte las alas que olvidaste que podían devolverte la libertad de ser tú mismo, y alcanzarnos siempre, en nuestro vuelo, en el destino, en dimensiones bellas y también en este tiempo, en este espacio donde no te tengo, para fusionarnos como juramos en cada uno de nuestros encuentros, antes de que nos confundiéramos en nuestros abismos.

Y te hablo, te suplico, y te envío desde mis lágrimas una llamada anónima de auxilio, y desmayo mis palabras en el latido de mi cuerpo que se esconde compungido, porque siente, porque se estremece cuando tu respuesta llega como una luz, que se me cuela en los rincones de mi consciencia sometida por temores, que me impiden deshacerme del engaño de pensar que no vale la pena ser estos humanos mortales, porque sufren, porque anhelan, porque viven emociones que a menudo nos empujan a sumirnos en tormentos y mendacidades. Mas tu voz, la de tu esencia divina, me atraviesa el corazón para iluminarme y desengancharme de este miedo a no lograr nunca contemplarte, de esta lucha contra la sombra incesante que me acecha para dominarme.

Sé que no vendrás a rescatarme, no es tu cometido, sé que es mi fortaleza y mi tenacidad las que me mantienen viva en este enclave, y te he prometido que aunque vaya contra la corriente, aunque yo sola me salve, aunque pueda ser una loca más que se disfraza de adaptada y de valiente, no perderé la autenticidad que me identifica, mas tú sabes, mi vida, tú lo sabes, tú comprendes que mi llanto ha sido el alivio que ha sanado mis heridas, que tus ojos han sido el horizonte hacia el que he volado cada noche, y cada día, que tu sonrisa ha sido mi cobijo en esos lugares que nadie ha visto, esos donde siempre reconozco que eres tú quien me acaricia y me mima.



Así que, no me pidas que no te cuente lo que siento cuando se oscurece ese diamante que fui en algún universo, que ahora nos espera para regresar en ese viaje de partida, que todavía no comienza y no termina, no me ruegues que no llore, no intentes secar con tus besos gráciles esta tristeza que se mezcla con la dicha de sentirte, aquí en este instante, permite que te diga que te añoro en mi camino, que te busco en lo que vivo, que a veces flaqueo y me despierto sin aliento y sin encontrar sentido a lo que soy, a lo que pido desde esa carencia irreal que experimento cuando no te percibo.

Y es que soy humana, soy humana, y siento, y canto, y sueño, y grito, y lloro, y en ocasiones me lastima el frío que me sobrecoge cuando no hallo en tus brazos el abrigo que tú me dijiste que compartirías conmigo...

Una llamada anónima, un lazo de amor que viaja hacia tu alma, una palabra que te llena de mi esencia en una telepatía que no entiende de mensajes de la mente, torpe y recia, una comunicación con el lenguaje sublime de nuestras dos divinidades envueltas de estos cuerpos que nos alejan, o nos acercan...

Y recibi tu respuesta, y me estiré en tus pestañas para dormirme en tus párpados enamorados del presente, para entregarte mi desdicha en la mañana siguiente, y así, otorgándonos el placer de la cercanía de nuestros mundos, de nuestros cuerpos sutiles, decidimos dejar la espera para reencontrarnos en todas las líneas del tiempo en que nacimos...

Arael Elämä Araham...