Dame
la mano, cielo,
vamos
al universo,
tengo
un regalo bello,
voy a
mostrártelo...
Une tu
pecho al mío,
ánclate
en mis latidos,
oye mi
melodía
para
danzar unidos...
Abre
tus alas nuevas
aletea
con fuerza,
sube
hacia arriba y vuela,
deja
que te proteja...
Ya
hemos llegado a casa,
este
lugar que sueñas,
colmado
de silencios
de
luces y de estrellas...
Nubes
de fuego y llamas
cálidas
se derraman
por
encima de los cuerpos
abrazados
en la calma...
Gotas
de amor que queman
encima
de tu espalda,
rociando
mi besos
y
descubriendo eternas
que no
hay amor más puro,
no hay
amor más sincero,
más
divino y completo
que el
que destila el alma...
Dame
la mano, cielo,
vamos
de vuelta luego,
voy a
fundirme entera
dentro
de tus anhelos...
Calma
tu penitencia,
deja a
un lado los miedos,
siente
como te entregas
al
paraíso etéreo...
Dame
la mano, cielo...
Arael
Líntley
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