Vuelan
mis párpados antaño caídos, desmayados en el profundo miedo de
estar vivos, ocultando a mis ojos la belleza de lo acontecido, el
fulgor del brillo de las estrellas que se posan en mis pupilas a
pesar de no haber podido ser testigo...
Y
ahora que alzan sus alas y me abrazan al acertado sino, a la sublime
realidad que no osaba contemplar cuando no la creía, cuando no la
consideraba, cuando sólo conseguía nadar en dolor y en apego hacia
lo que los demás consagraban, ahora, me baño en pétalos de luz
sagrada, presencio milagros en cada gesto, en cada beso, en cada
orilla de mi playa...
He
conocido a la vida...
Se
me ha clavado en la mirada, envuelta en las lágrimas de mi emoción
extraviada, vencida por los temores de los dogmas de una sociedad
apagada, desarmada de su propia fuerza individual, del amor, y en
consecuencia, de la sabiduría de la colectividad armonizada...
He
llenado mi copa de vida, del brebaje del universo, del hechizo
incandescente del poder que sólo una diosa albergaría en lo más
insondable de su alma, ritual de estrofas y versos surcando cada
pluma de mis nuevas y radiantes alas, colmando mi corazón del amor
más puro, límpido y hermoso que jamás haya sentido, amor a la
vida, que me ha embrujado, que me ha enamorado abriendo mis ojos para
poder ver cómo se dibuja un rezo, una historia, un comienzo, una fe
vestida de velos que me muestran mis complejos, pues así los
destierro, los venero como maestros certeros al enseñarme lo que sí
tengo y descubrir que de nada carezco...
Y
he comprendido que siempre estoy en lo cierto, crea blanco, crea
negro, crea que todo es un desatino, un desafortunado esperpento,
crea que todo es una increíble experiencia que se escribe a cada
paso como un cuento...
La
vida se asienta en uno mismo cuando la miras desde dentro...y te das
cuenta entonces de que lo externo es un invento, hologramas de la
mente que ha plasmado un mundo basándose en un patrón de miedos
viejos, dudas de lo que somos y necesidad de seguir a un líder
maestro que nos permita vivir en el silencio, acomodados pero sumidos
en el caos que se cierne en nombre de lo que teóricamente es
nuestro, suplicando el cambio cuando la metamorfosis está en tu
pecho, tu esencia está marcando un ritmo, como un reloj que te va
requiriendo, te pide que despiertes a tu mundo, para advertir por fin
que la vida no es eso, que todo es falso, denso, y así liberarte de
la mentira para ser de nuevo el cielo, el mar, el cosmos, el
viento...
La
vida es libertad, no es infierno, la vida es dulzura, no es tormento,
la vida es respirar y ser, por ser y por existir, sin deberle a nadie
nada por haber nacido, sin tener que pagarle a nadie por venir a este
mundo tan retorcido...
Así
que soy libre, vida en vida que se eleva y se divierte, que sonríe y
que se siente, que se llena de más vida en cada elemento, sol,
tierra, luna, aire, fuego de almas, de horizontes que florecen en
cada amanecer sereno, siendo la vida misma encarnada en este pequeño
y humilde cuerpo...
Arael
Líntley
No hay comentarios:
Publicar un comentario