martes, 26 de abril de 2016

ENSOÑACIÓN



A ti te escribo, a ti, sueño que se me cuela todavía entre suspiros, a ti que fuiste sólo un espejismo de lo que mi alma dibujaba y depositaba en mis anhelos, a ti que fuiste mi maestro sin conocer apenas lo que crecía y se expandía en mi pecho.
Ahora sé que sólo fuiste una isla invisible donde sentir un hogar incierto, ahora sé que amar es mucho más de lo que leía de la vida y traducía en mi mente cuando aún era tan sólo una chiquilla, una adulta inmadura, envuelta en la inconsciencia de quien cree que el amor es el apego, la codicia de tener lo que se ama y atraparlo, venerarlo, enalzarlo para encarcelarlo en una relación de posesión con el título de amor eterno.

Y descubrí gracias a este enorme sentimiento, que no depende de nadie que yo sienta, que yo viva, que yo sea la felicidad estendida en todo mi cuerpo, y que, por tanto, que tú me amaras ya no era necesario para que mi corazón te acogiera sin miedo y sin rechazo.

La libertad se hizo en mí en un amor que no tenía que ser eterno en el tiempo, pues las horas presentes eran todo, eran lo único existente, lo único cierto, y es que en esos idílicos momentos, tú lo eras todo, infinitamente todo, sin un mañana, sin la certeza de que el futuro nos abrazara y acompañara en nuestro viaje como dos amantes entregados al deseo.



No preguntaría si yo era tu gran amor más intenso, lo sabría, mas aunque no lo fuera, ¿qué importancia tendría si yo existiera en tu ahora, en tu presencia, y el ayer no interfiriera nunca en nuestra vida pues ya no nos acogiéramos a las apariencias?

Mas no hubo ocasión de un romance, no contigo, aunque de tu mano llegó ese ramo de rosas bellas cuya fragancia vino a recordarme que soy capaz de amar a lo grande, incluso cuando la persona amada ni siquiera se acerque a saludarme.

A ti te escribo, a ti, a un “tú” que sólo hallé en mis castillos de ensueño, a un hombre que habita en su dimensión de pensamientos, que busca lo que es en lugares incorrectos, o quizás no, podría ser que fuera yo quien errara al inventar un personaje en la ensoñación de mis recuerdos, y sin embargo, todo eso ya no significa nada, mi barco zarpó rumbo a otros misterios, y tú quedaste sumergido en lo que no fue, en lo que amé con todo mi ser, incluso sin querer reconocerlo...

Por eso, mi querido amante narrado en algunos de mis cuentos, me despido sin temor de hacer algo imperfecto, y me dirijo a mi alma, allí, donde sé que conmigo me reencuentro, y dejo pasar los supuestos amores que nacen del ego, para ir más allá, y no depender de llenar mis huecos con tus vacíos ineptos, para ser completa y consciente, y dedicar mi vida a lo que soy sin repudiar mis miedos.

Gracias por existir y por estar en mi camino para guiarme hacia mi templo...
Gracias, mas hoy debo partir para vivir, y volar, para emanar lo que llevo dentro, porque soy rosa azul que se convierte en delfín, en zafiro y en universo...

Arael Elämä Araham....

viernes, 22 de abril de 2016

HORIZONTES INFINITOS AUDIO-VIDEO

A veces, la música se apodera de mí y se convierte en un huracán que me envuelve por completo, y de esta forma, una transformación emerge desde lo más profundo de mí y me convierte en un poema que se escribe solo, a través de mis manos que son el sencillo instrumento que lo transcribe, y así, me escribo a mí misma para ser leída por aquellos que resuenen con mi esencia...



Arael Eämä Araham

jueves, 21 de abril de 2016

HORIZONTES INFINITOS



Respiro el aroma del mar,
y por un instante te pienso,
no quisiera distraerme
de esta magia que siento,
adentrándome en el agua,
sé que me baño en tu alma,
eres el sol, el cielo, la playa,
estás en todo lo que experimento,
y aunque no sepa donde estás,
eres el mar que llevo dentro,
y no se puede derramar
ni una gota de tu esencia,
pues quedó en mí impregnada,
y en mi existencia la sostengo...

Dulce es mi paso cuando observo
el horizonte lejano y esquivo,
ya no trato de alcanzarlo,
tan sólo lo noto, lo vivo,
ya no busco los mañanas,
hallo el ahora y me lo bebo
en cada aliento que respiro,
no soy la triste aurora que lloraba
al despertar sola en el alba,
y es cierto que ya no te espero,
mas en mi corazón te ilumino
con la luz de lo más sagrado y verdadero...

Puedes soñar sin que yo sea tu sueño,
puedes amar sin que yo sea tu musa,
puedes sentir pasión, belleza, o miedo,
mas sé que ya no importa si mi confusa
oda al amor que nos ha unido en lo eterno,
no te alcanza, no la ves, o no la escuchas,
hoy soy libre de mi anhelado deseo,
aprendí que la verdad siempre triunfa
aunque deban caer muchos velos...

Y el futuro no es solo nuestro,
es del mundo, del ser, del universo,
por tanto, si te percibo en mi pecho,
sé que estás, que eres, y que te siento...

Y es que...Amar es eso...

es saberte, vivirte, sin importar quién eres
en estos parajes inciertos,
simplemente eres, eres aquí, en mi templo,
eres, sí, eres en incontables tiempos,
en horizontes infinitos
donde siempre te reencuentro...

Arael Elämä

viernes, 8 de abril de 2016

EL RENACIDO

El quejido de mi cuerpo adormecido
se lamenta del letargo,
del ayer que se marchó,
dejando un sabor amargo,
mientras mi mente seguía jugando
a ser un individuo de fuego inactivo,
un hombre, o una mujer, sin vida,
una persona esclava
de un paradigma marchito,
de una trampa que nos domina...

Las lágrimas erraban los motivos
por los cuáles querían derramarse,
y se alejaban de las verdades,
vendiéndose a la hipocresía
y al control de las mendacidades
de este mundo, corrupto, impávido,
un desecho de la realidad imprimida,
en nuestra piel como un impuesto,
un castigo, un intento de olvidar
que estamos siendo reprimidos..

Tal vez...


O quizás no, pudiera ser
que me hubiera confundido,
que cerrar los ojos a mi alma,
a lo que siempre hubo
dentro de mí, escondido,
esperando a que lo hallase,
me trastornara y me convirtiera
en una resentida que detestaba
con mucha fuerza ser humana...


Mas dejé el enfado,
dejé los puños, dejé la rabia
y pasé a vivir mi vida
como si hubiera nacido
en un nueva galaxia,
enfrentando mis delirios,
sopesando las verdades que
otros predicaban con su labia,
con el discernimiento
de un corazón despierto,
compungido por el miedo
de su ego a ser sustituido,
a ser evitado y apartado
por algo más puro, más divino,
mi verdad, la verdad del cielo,
la del ser, la de lo digno...

Y el desafío se casó conmigo,
para romper las normas,
para dejar de sentir el mundo como un infierno,
como un lugar ensombrecido...

Cómo ser la magia, el mago,
la fuerza, la diosa o la sacerdotisa...
cómo ser lo más sagrado
si la mente sólo destila
la ira de tanto maltrato,
si el pudor se enciende
por el miedo a ser
de nuevo corrompido
por lo absurdo, por lo incierto,
por el engaño de los que piensan
pero nunca sienten, sólo así lo pretenden,
y se ocultan..,
se ocultan a sí mismos
que están siendo esclavizados
por sus mentiras subyacentes...

Puedo ser la fuerza, el viento,
el suspiro de un niño enternecido,
el cambio, el rumbo a la humanidad
que siempre he presentido,
puedo ser la semilla de una nueva vida
que se abrirá camino
para lograr emerger y ser le árbol
de la paz, del amor y de la dicha..
Puedes ser la fruta del futuro,
de un mañana límpido y de horizontes
frescos y llenos de brillo,
Podemos ser conscientes, despirtos,
mas debemos desnudarnos
del traje de la ira,
del rencor, del miedo,
para ser auténticos, verdaderos,
y libres, libres para tocar el cielo...

Somos el destino, somos el nuevo mundo
latiendo y vibrando, rompiendo barreras
y saltando peligros...


                                    Arael Elama



jueves, 31 de marzo de 2016

DE MI DIVINIDAD A LA TUYA

Me siento, te miro,
el aire parece espeso,
me entrego a mi destino,
contemplo tu mirada,
es eterna, es la quimera
de mis designios,
estoy completa,
pero te alcanzo y me visto
de tus gestos, de tus mimos,
de tus misterios,
soy una música creada entre
los sonidos de un piano etéreo,
que tus manos acarician mientras
mi alma se pierde entre tus risas,
entre tus dedos, que la dibujan,
que la embelesan,
para bebérsela con esos labios
que a mi corazón se entregan...

Y te amo, sin mirar atrás,
sin tocarte, sin pensar en nada más,
tan sólo en darte, darte, darte...

Mi divinidad se derrama entre tus latidos,
hieres la ignorancia de mis ayeres
que siempre fueron torpes y entumecidos,
te me desmayas en los placeres
que se entrelazan entre suspiros,
y vuelan las alas de un ángel
para elevarnos hasta
lo que aún es desconocido...

La eternidad no es suficiente para quererte,
ni es tan profunda como mi otro cuerpo,
ése que no se mira, que sólo se siente,
por eso buceo en tus lágrimas perennes,
cuando te vuelcas en mi pecho para disolverte
y unirte al pulso luminoso de mi esencia,
de mi consciencia más sublime y solemne,
que sobre esta realidad insulsa
te abraza y te sostiene...

Mi divinidad se enciende,
te veo entre los surcos
de mis pensamientos,
yace la noche de mi alma
cuando tu boca escribe
con el verbo la palabra
de lo que eres,
y me elevo tanto, tanto,
que ya no soy este yo inconsciente,
que tanto miedo suscitaba
en mis anteriores vaivenes...

Me siento, te miro,
el aire se presta fresco,
me busco en tu cariño
y soy un ave que surca tu cielo
mientras tu vuelas a través del mío...

No hay horizontes
que no amanezcan con tu nombre,
ni futuros que se desnuden
si no estás presente,
no busco tu perdón,
ni que me ames,
porque sé muy bien lo que sientes,
sólo quiero ser y vibrar en ti,
y tú en mí,
como lo hemos hecho siempre...


Arael Elämä...


EL COMIENZO


Desnudos, sangrantes, mis pies llegan al final del camino. Mis lágrimas han alcanzado ya su anhelado destino, mis manos ya no sostienen el peso que tanto dolor había infligido en mi alma, en mi corazón y en mi espíritu que por fin hoy ha renacido.
Y en el agua, mis heridas se detienen y se elevan, cicatrizan y me liberan, me entrego a la dicha y mis hombros ya no sujetan el mundo que tanto miedo me producía...

¿-Quién eres?- pregunto mientras observo mi reflejo en el río cristalino que atravieso decidida, dispuesta a dejar atrás lo que ya he vivido, para olvidarme del pesar del que tanto he aprendido.

Mi rostro ya no es el que siempre me mostró mi identidad pasajera, ni mis arrugas por el tiempo transcurrido son ya la marca de mis verdades, de mis esperas, de mi presencia divina, ya no hay motivo por el que pueda despreciarme, ya no busco que la consciencia me invada y despierte a mi alma adormecida, ahora ya no estoy cautiva...



Mas siento que hay en mí un cierto miedo de Ser, pues aprendí a no serlo, a quedarme sumida en la mentira de mi ego, que me otorgaba la calidez de un hogar falso que me callaba y me cobijaba en los inviernos...

Hacerme cargo de mí misma, en la libertad de mi verdad más intensa, aquella que me hace ser lo que yo soy, es un enorme desafío al que me enfrento ahora que ya he cruzado esta frontera, este torrente de dudas que me ha conducido hacia otro ciclo, hacia otro lugar que desconozco, hacia otro sitio en el que nada fue creado, pues he de creer y crear, siendo el pincel y la pintura que dibujan un nuevo horizonte colmado de brillos, de suspiros de aire vívido y tranquilo, de belleza límpida, exquisita, donde se alza con amor una nueva humanidad inherente a la vida, a la nueva tierra soñada y renacida...

Soy sólo un eslavón, una gota que ayuda a que se forme el océano de la conciencia diamantina, que ha brotado desde la ardiente llama que abrasó mi mente, mi inconsciencia, mi debilidad, mis creencias más queridas, para pulir cada fragmento de mi alma que se había rendido a la mendacidad más admitida, mas soy, siento, y mi latido es el impulso de este cambio, este comienzo anunciado y permitido, tras el final de un tormento consentido, que ahora ya no es, no existe, porque por fin, el ayer ha sucumbido...

Y se suman más existencias, más corazones encendidos, más presencias que se enamoran del amor, de los talentos, de la capacidad de ser a través de la materia, de los cuerpos de seres humanos comprometidos consigo mismos...

Arael Elämä...

lunes, 28 de marzo de 2016

AMOR EN VENECIA

Amor, no sabes cuánto añoro la calidez de tus manos, sosteniendo a mi alma, abrazando mis ilusiones, contemplando el amanecer de mis sueños, elevando hacia los cielos mi existencia renombrada por tu boca, por tu voz que es la melodía que desviste a mis tristezas, y me desnuda de mis manías locas...

No conoces bien la plenitud que tus sonrisas dibujan en mi espíritu, que goza de esta vida por tantos motivos, aunque sólo hay uno, sí, sólo uno eterno, uno muy cierto y muy divino, uno perfecto, tu presencia en mis ayeres, mis ahoras y mis mañanas más esquivos, porque, entregada a la cascada de tu risa prófuga y bendita, me vuelvo luna, sol, cielo, vida, y me convierto en universo por estar en todas partes contigo interminablemente fundida...

Si al abrir mis ojos en la aurora me envuelves como siempre en ese "buenos días", me estalla el pecho y de él se me desmayan flores, estrellas y mil delicias, mieles que sólo tú despiertas y que sólo tú suscitas...

¿Recuerdas amor mío cuando en Venecia coincidimos?, allí viajamos por el río de nuestros deseos, danzamos con la música de nuestros anhelos, nos bebimos las almas junto con el vino que embriagó a nuestros cuerpos que sin pudor descubrimos, fusionando así nuestros caminos, y supimos, sí, ¿recuerdas? allí lo supimos, que el huracán de nuestros sentimientos vividos, se alojaría por siempre en nuestros destinos...



Y es que siempre te supe, siempre te tuve, siempre fui con tus manos el poema que tu vida escribía, la historia de muchas existencias en las que fuimos una sola conciencia divina, y ahora, ahora nos damos cuenta de que tu paso no es diferente de mi sino, tus labios, que aguardan que los míos se abriguen con ellos y se protejan de las incongruencias que nos presenta la rutina, pronuncian mis palabras, mi poesía, y damos gracias a este mundo que nos cobija por permitirnos entrelazarnos y ser, ser y respirarnos mientras la tinta de nuestro amor infinito que describe nuestra mirada y nuestra dicha, crea los versos con la música de nuestras almas ligadas como la noche y el día...

El aroma de tus latidos se me clava en la garganta, y mi canción se me desarma, se reescribe con tus caricias y se moldea con tus alabanzas, y la resonancia de mi verdad se mezcla y diluye con la tuya, porque ya eran antes de conocernos una sola partitura, un cuento de fantasías realizadas y sentidas, un castillo de conexiones etéreas, de cristales de reberveración pura y de materia creada con el amor, en este lugar transmitida y reservada sólo para nuestra locura...

Y por eso te añoro, amor mío, aunque no haya motivo, aunque me cubras con tu ser por completo mientras me desperezo en las mañanas frías, porque te vivo en mi pecho, porque te cuido y te beso, porque te amo y te quiero, porque soy el rayo y la fuente de luz de donde provengo, y a veces, sí, sólo algunas veces, te quiero tanto, tanto, tanto, que me olvido de que ya estás conmigo...

Arael Elämä...