¿Alguna
vez has sentido que eres una gaviota que viaja en su vuelo por encima
del mar?
He
recorrido tu isla, y en el camino te he perseguido bañándome del
horizonte al atravesarlo para alcanzarte. He besado tus colinas, tus
prados, tus ríos, y me he vestido de las olas de tu mar, dibujándome
en tu orilla, salpicada de las gotas de cristal que desprendías
entre espuma de agua y sal.
He
sido gaviota pasajera, ave que pasa desapercibida pero que siempre se
queda, pues aunque mi presencia sea invisible, es eterna, efímera y
ligera, pero aun sonando incongruente, soy presente, mis raices se
han anclado en tu mirada y si me alejo en mi vuelo intangible,
reaparezco cuando menos te lo esperas.
¿Alguna
vez has mirado al cielo y me has visto en todas partes mientras tu
alma se expandía de amor sin tú saberlo?
He
desatado los nudos de tu esperanza ahogada entre los miedos
insensatos que me atacan, me apartan, mas yo, con mi empeño, me
adentré con mis alas de gaviota hasta el centro de tu pecho, dentro
de tu alma, oculta bajo los preceptos de tus pensamientos.
Y
te hallé, desnudo, inquieto, translúcido por la pureza de quien
eres, a pesar de tu hostil atuendo de guerrero intransigente, mas al
volar en tu universo, descubrí tantas estrellas apagadas que tuve
que encenderlas para avivar tu fuego.
¿Alguna
vez te has preguntado si de veras hay un alma destinada a estar
contigo para siempre?
He
despertado entre tus sombras y no he logrado deshacerlas, mas sigo
viva, entrelazada entre tus luces, entre tu esencia y tu ser, entre
los gritos sordos de tu alma enamorada. Y sigo siendo parte de tu
llama, parte de lo que vives y de lo que reclamas, verso etéreo que
te susurra, que te abraza, descansando en mi propio cuerpo y al mismo
tiempo, danzando en tu alegría cada mañana.
No
voy a renunciar a lo que soy, pues sería ser otra, sería dar muerte
a algo que es inmortal por su naturaleza extraordinaria. Así como el
viento es y vive sin pertenecer a nadie, ni a nada, así soy yo, así
es mi espíritu que te alcanza, mas sólo el amor puede ser tan
fuerte, sólo él logra que vuele como gaviota y después me pose en tus
pestañas, para impregnarme de tus pupilas mientras miras lo que más
amas, lo que más admiras, lo que más te encanta.
¿Alguna
vez pensaste que no existía y derrumbaste un sueño que en tu mundo
humano no tenía cabida?
He
desaparecido de tus sueños, de la lista de deseos que siempre
guardaste en lo más recóndito de tu corazón sediento, mas eso no
borra lo que sigo siendo, lo que existe no muere porque estemos
ciegos, sólo sigue estando cuando no lo vemos, y ser aire que
respiras no me otorga nada más que un privilegio, amarte por fuera y
por dentro, ser tú, serte en tu cuerpo, en tu alma, en tu insondable
universo. Yo sí creí que eras sólo un cuento, un invento, mas lo
que mi mente piense no es relevante cuando mi esencia obra por su
cuenta y vuela libre de mis cadenas inconscientes. No te busco, ni
deseo hallarte, sólo deseo ser libre de mis tormentos, para volar
con mi alma, para ser cielo, agua, tierra, rosa que florece y con la
mariposa danza, sólo deseo amarlo todo, para no ser ya más esclava
de los temores que me dañaron cuando creía que iba a ser rescatada.
Mas no viniste, no fuiste tú quien rompió el yugo que me
esclavizaba, fue mi ser, mi esencia, y el amor, el amor de mi ser
hacia mi persona humana.
¿Alguna
vez has sentido que eres una gaviota que viaja en su vuelo por encima
de la opresión del miedo?
Yo
sí, yo sí he sentido que vuelo a tu encuentro, sí he sentido que
te siento en cada rincón de lo que contemplo, yo sí he sabido que
hay un alma en la cual yo estoy nadando como en un océano de besos,
mientras esa misma alma bucea sumergida en lo más profundo de mi
espíritu contento, yo sí he dudado de lo que estaba sintiendo, mas
esto sólo es un escrito, apología para mi amado, aquel que se ama
tanto, que incluso sin haberle hallado es para mí lo más dulce y
sagrado, lo más anhelado.
Y
es que el amor más puro no ve ni pliegues, ni piedras, ni cuchillos,
sólo ve lo único que es un alma, una luz de eterno brillo, verso de
un poema eterno que sólo habla de lo mejor que un ser humano podría lograr ser, cuando su esencia se expande como aroma de cristal
dentro de lo que es en sí mismo...
Arael
Eva
Bailón B.
Aroma
de cristal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario