miércoles, 5 de agosto de 2015

COMO DOS GAVIOTAS

Te posaste en mis ojos para colmarme de la belleza de tus alas, que se convirtieron en las pestañas que se dibujaban en mis párpados cansados por las orillas del pasado, por las montañas del mañana. Sonreíste en mis pupilas para adentrarte a través de ellas hasta mi alma, y quedarte sentado en mi corazón, entre palabras enredadas, disueltas en tus carcajadas, en tu rostro efímero y eterno, destinado a acostumbrarse a alegrar todas mis madrugadas.

Me dijiste que seríamos como las gaviotas volando por encima de las aguas, sorteando las nubes, esparciendo el amor y la calma, la serenidad y la magia de ser uno surcando los cielos juntos, unidos por el lazo de nuestras dos almas.




Y ahora, ahora que te canto, ahora que te siento en mi cuerpo grabado como si fueras mi piel, mi ser, mis manos, mis lágrimas que te adoran y te aman, debo dejar que te vayas...

Sí, que te vayas, que te alejes para derribar tus murallas, para acabar lo que dejaste a medias antes de prometerme que serías mi fiel compañero de batallas, de vidas, de guerras y conflctos que unidos convertiríamos en hazañas, y dime qué haré si no puedo besarte cuando me tiemble la mirada al sentirme abandonada, al añorar tu abrazo en la noche, en la alborada...


Dejaré que tus besos se eleven y me busquen hasta encontrarme en esta playa, donde te esperé desde antaño, donde mi alma, todavía te extraña...


Arael Elämä Araham...

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