LO
QUE NUNCA TE HE EXPLICADO - DECIR GRACIAS...
A
ti, que te encontré en un mar de dudas y desconciertos, a ti que me
encontraste sin ni siquiera saberlo, a ti voy a dedicarte estas
palabras de agradecimiento, mas primero te explicaré mi historia
como si fuera un cuento.
Navegando
a oscuras en mi océano, buscando la luz que iluminara mi trayecto,
me perdí entre teorías y experimentos, entre olas de miedo y de
dolor por la incomprensión de aquel momento.
Y
vi mil faros apagados que no consolaban mi desaliento, marineros que
se vestían de sueños, capitanes que se mezclaban con mis anhelos,
mas tú siempre brillabas en mi alma, como el único y leal compañero
con el que algún día me habría de cruzar y componer juntos un
verso.
Era
el fulgor de tu mirada eterna, acaecida en un lugar de misterios, el
que me alimentaba el corazón, el que me otorgaba la fuerza en mi
lucha por sobrevivir, en mi transformación, en mi
autodescubrimiento, en mi reencuentro conmigo misma para ser feliz,
porque me mostraste quién era yo envolviéndome con todo tu amor
inmenso, aunque todo ocurriera en lugares similares al cielo.
Y
me salvaste tantas veces de sucumbir, de resbalar entre mis lágrimas
y morir en los brazos de mis temores, envuelta en brumas, en sombras
y desdichas, en el exhausto tránsito hacia el edén, hacia el lugar
sagrado que en mi interior se esconde.
Mas
el faro que alumbró tu llegada tan sólo anunció tu existencia como
si fueras una estrella fugaz que se dibujaba en la nada, avivando los
latidos de mi corazón que al mirarte palpitaban, se aceleraban, se
enloquecían y elevaban como el canto de un ángel que se estremecía
y se enamoraba.
- ¿Quién eres tú? - pregunté pensando en ti a mi amigo el viento.
Mas
las voces que bailaban en el aire me decían que ya conocía esa
respuesta aunque no la aceptara, aunque no la creyera, porque era lo
más duro y más incierto que había hallado en mi camino imperfecto,
creado con los retales de lo que aprendía de mi descontento.
Y
rechacé mil veces lo que mi alma proclamaba para evitar que el
corazón se me apagara...
Ya
pasó mi barco ante tu elegante navío, vi el talante de tu sonrisa y
de tu condición humana, y si he de ser amor en estado puro, si he de
ser pasión eterna sin condición ni hastío, amaré por siempre
aquel momento en el que el saludo de tu brillo se mezcló con el mío,
y si he decirte algo en este momento en el que me alejo para seguir
mi camino, es que agradezco lo que aprendí cuando tu alma se entregó
a la mía sin que pudieras percatarlo, es que añoro que
comprendieras que nada ocurre por nada, que todo forma parte de un
destino, así como entendí que yo no soy tu faro, ni soy tu anhelo
aliviado en tu mundo creado para vivir aventuras que se visten de
amor y de cobijo.
Agradezco
que un día las ráfagas del viento esquivo, te trajeran hasta mis
ojos para comprobar que estás vivo, que eres feliz y que yo lo
admiro, aunque lamente que tu vida siga un rumbo que no se compartirá
con el que yo sigo.
Me
voy, me retiro, deseo navegar por el mar de los que osan ir más allá
de lo conocido, te espero sin esperarte, por si algún día quieres
compartir este viaje conmigo...
Y
mientras tanto, sólo puedo decirte que deseo que sigas haciendo tu
sino, que lo construyas con tus sueños, con tu alma al completo, con
tu luz, con la pureza que aún siento escondida en tu cofre de
secretos encerrados y perdidos...y que ames, que ames mucho, tanto
como yo puedo amarte sin que eso me dañe o me arañe el pecho como
antes lo hizo, porque gracias a haberte conocido y sentido, hoy sé
amar sin condiciones, porque soy más yo tras soltar el lastre que me
mostraste al ser mi reflejo más exhaustivo, y deseo que sigas
adelante, y que te enamores, y que te alegres, y que te inspires, y
que me perdones si un día me recuerdas y yo me oculto en el
olvido...
Gracias...
Arael
Elämä
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