sábado, 12 de abril de 2014

EN MI OCÉANO

Una ola de miedos surcó la mañana para despojarme de las ilusiones creadas para hallarle un sentido al mundo. Se llevó las marcas que dibujaba para encontrarme, para reconocerme en mi verdadera esencia, esencia de agua y de sal, bañada de pureza, vida, plenitud, esencia de mar...

Y me perdí en el viento, en su susurro marino, en la cálida brisa de un verano eterno, colmado de dunas blancas, rocas porosas, cristales que relucen en un jardín inventado por la imaginación de mis sueños, posados en mis recuerdos, que vuelan entre las nubes buscándome, sabiéndome lejos...

Se me escapó un suspiro que se inspiró en el aliento de las rosas de mi alma, en el bosque de ternuras en el que muchas veces me siento, me hallo, me encuentro, danzando en mil enredos creados por mi ego inquieto, juguetón y a veces perverso...

Una ola de dudas cruzó el atardecer de mi océano cuando ya estaba tranquilo, para agitarlo, para afanar lo que no es preciso, para devolverme el impulso de lo que soy y he sido...

Y me desmayé en mi existencia, para despertar en ella compungida por mi ausencia de mí misma, por mi tolerada e inconclusa huida, no acabada por mi anhelo de volver a mi pequeña isla, ser quien soy, alma de lluvia, de viento y de brisa, libre como el aire que respiras, que se posa en tus pulmones y te vive para después ser de nuevo agua, lluvia, soplo de vida...

Se me extravió el dolor de estar dormida e inconsciente de mis heridas, y al desvelarme ante mis ojos pude verme, reflejada en mis manos vencidas, mas con corage alcé mis alas para volar desprendida de mi cautiverio, impuesto por mis pensamientos de mente adormecida, de falso criterio, por fin brotó mi fuerza y me rescaté de la cárcel de mis pesadillas...

Una ola de amor se desvistió en el anochecer de mi océano cuando abrí mi corazón a ser marea, paz, sombra, luz, noche, día, y abrazada a todo lo que soy, sin excepciones, sin mentiras, descubrí que siendo sol podía ser luna, que siendo llanto, podía ser risa, que siendo furia, podía ser calma serena, que siendo sueño, podía ser cualquier cosa que quisiera, y el deseo de ser río, mar, beso, caricia, amor, ternura, resultó ser mi realidad más pura...

Y mi sonrisa diseñó un nuevo horizonte teñido de dulzura, brío, templanza, sigilo, para levantar un puente desde mi esencia hasta el destino, un destino creado para ser amor desde mi alma, mi cuerpo, en cada poro de lo que soy como materia, en cada gota de energía que me sustenta, en cada mirada, en cada palabra, en cada verso escrito con estas manos inexactas...



Se me agrietó el corazón para que una estrella resplandeciente naciera e inundara por entero mi yo, siendo ahora una humana extraña, diferente de lo que era, desprendida de casi todo lo que aprendiera, renunciante a que alguien me entienda o me quiera, mas convencida de que el amor es algo que sólo quien ama de veras puede saber hacia dónde te lleva...

En mi océano soy mar, sal, delfín, coral, ballena, soy todo lo que vive para ser completa, soy tú, soy yo, soy llama que arde tenaz y discreta, dispuesta a existir, como las olas, como la orilla, como la arena...
Soy el cielo con todas sus estrellas, un universo donde soy todos los planetas...

Arael...

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