sábado, 17 de diciembre de 2016

BEBIENDO DEL SER


Dedicado a mi amigo del alma, Gustavo Calabró

Abrió los ojos para ver el mundo que rozaba los jazmines germinados en sus manos, y su cielo, aquel que parecía ser sombrío y escueto, se tornó violeta, azul, eterno...
Sus pálidos párpados adormecidos todavía por las sombras danzarinas de los velos esquivos, que le sujetaban para no volar, para no caer en la magia oculta de su camino, se iluminaron como focos, como estrellas, como soles de verano vestidos de primavera...

Gotas de lluvia diamantina se posaron en su alma, para agasajarla con el regalo de la vida, aquella que había dejado olvidada, y ésta, entre cánticos y danzas, se desvistió del letargo y se colgó de su pecho, como una llama de versos de amor relucientes, ardiendo fuerte y perenne...




Mas cuántas emociones que emergieron de su inconsciente, cuantas sombras y cuantas luces que se perdieron durante tiempos inmemorables, cuántas creencias, cuántos patrones, cuántas mentiras creadas para vivir en un sueño de permanencia oculta, imborrable, un vivir tapado por un filtro de condiciones que envolvían y limitaban a su verdad subyacente...

Nació en sí mismo su propia vida, y el amor brotó como fuente divina, como fuego líquido y dorado, como dicha esparcida por todo su cuerpo enamorado, deslizándose por dentro, y floreciendo en cada rincón de su existencia mundana, para transformarlo, para iluminarlo, para convertirlo en un ser humano de luz totalmente sagrado, dotado del amor real, el amor puro siempre tan anhelado.

Bebe de tu amor, compañero, amigo, hermano, bebe del néctar de tu fulgor nacido del universo y en tu corazón amalgamado, bebe para sanarte si es que hay algo que deba ser sanado, bebe por el placer de ser, de amar, bebe porque probarás de ti lo que siempre afuera habías buscado, bebe y ofrece, da, entrega tu amor para que otros lo prueben, bebe, pero no olvides que tú eres la fuente, que lo que das es lo que eres y que el milagro de ser, siempre de lo que emanas y regalas de forma exponencial se te devuelve...



Arael Elama.

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