A veces, cuando las notas caen en mi alma como suspiros de belleza audible, mi alma se convierte en música. Música que me llena y me envuelve de mí misma, música que se disuelve en el amor que me inspira y me hace sentir la felicidad extrema...
Soy entonces un sonido hermoso al que adoro mientras se funde con mi esencia, y cada pedazo de melodía que me viste con su amable reverencia, me transforma en una diosa de la magia de mi propia existencia...
Mientras me enamora, la música me habla de lo que no se pronuncia, me canta como un ángel y me anuncia que soy parte de este todo que me embelesa...
Así es como soy cuando no soy única, porque me uno al viento, al aire, al cielo, para ser esa música que viaja hasta tu presencia, y siendo partitura impalpable, me adentro en tu vida para que no sientas mi ausencia, para ser en ti una canción entrañable, para ser contigo un todo de sublime consciencia...
Arael
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