Te acercas y cerrando mis ojos puedo ver tu rostro amable y dulce, cuya mirada me habla sin palabras, mostrándome tu amor naciendo en tu pecho como una inmensa luz que se dispara hacia mí...
Tu luz me envuelve, me siento una diosa llena de amor, elevándome junto a ti...
Me das tus manos que apenas siento como el aleteo de dos mariposas, suaves como pétalos de terciopelo...
Danza conmigo -me dices sonriendo y en silencio...
Y la danza del amor comienza a girar, creandos luminosas chispas de luz que nos acompañan y se mueven a nuestro compás, creando la música del amor sagrado, del amor real...
No hay nada más hermoso, nada más colosal, sólo tu mirada puede igualarse a nuestro baile etéreo, pues en ella mi reflejo se convierte en ti...
Me miras en mí, te miro en ti, y ahora siento tu abrazo dentro de mi alma...
Explota mi amor, como un big bang, creando más amor y más amor...
Te amo -murmuras desde mi corazón.
Mis latidos son como un reloj sin tiempo, como un sonido melodioso que se entrelaza con tus besos sumergidos en mis sueños compartidos...
Estoy contigo, pero también te espero...
Te espero en el no tiempo, en el infinito, en la eternidad, y te busco desde lo que Yo Soy, vida tras vida...
Cuarenta mil vidas puedo vivir, y en las cuarenta mil te esperaré, te buscaré y te amaré. Aprenderé, creceré y....te encontraré....
Sigo danzando contigo, amándote de dentro a fuera, de fuera a dentro, llenándome de ti desde mi Ser, llenándote de mí desde tu Ser, somos Uno, somos luz, somos amor, somos dos dioses que se aman en el espacio de la eternidad...
Allí quedamos para vernos, allí te hallo cada vez que pronuncias mi nombre sin nombre...Hasta mañana, hasta luego, hasta el no tiempo...
Arael
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