Dulce amor mío...
¿Aún no me sabes?, ¿no me presientes?
¿Aún no me sabes?, ¿no me presientes?
Si acariciarte fuera sentirte
más que un suspiro en mi ser,
que sabe que tú existes
mas te inventa al anochecer,
tal vez mi llanto nublado
se enamoraría de tu caricia
y lloraría impresionado
dibujando una sonrisa.
Si besarte fuera notarte
más que un viento amable
que se mece al soñarte
entre mis labios suaves
como un beso eterno,
que se derrama en mi piel
como un tierno deseo
que me despierta la sed,
mi amor se me relajaría,
se entregaría como un don
para envolverte de alegría
para llenarte de mi yo.
Si abrazarte fuera enredarme
sintiendo tu abrazo humilde,
bebiendo tu luz al tocarme
tomando tú la mía al sentirme,
siendo uno sólo en la llama
de entrega total e inseparable,
desligando egos en la calma
de nuestro lecho confortable,
me moriría de este mundo
para renacer en tu hogar,
desnuda ya de lo absurdo,
vestida sólo para amar.
Y si todo fuera sólo un sueño…
Sería el sueño más perfecto,
sería yo un ser invisible,
sería también yo un invento,
yo sería un imposible,
Dulce amor mío...
Me sabrás cuando me mires...
sería yo un ser invisible,
sería también yo un invento,
yo sería un imposible,
me soñarías tú en un intento
de hacerme real y comprensible,
mas nunca seríamos completos
sin hallarnos en mundos sublimes… Dulce amor mío...
Me sabrás cuando me mires...
Arael
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