lunes, 15 de septiembre de 2014

EL PODER DEL AMOR

En un susurro que ciega y oculta cualquier otro sentido para que logre alcanzarte, me hablas de un amor sublime que se presenta como el regalo de un corazón que ama libremente cerca de las nubes, lejos de lo mundano, a través de los espacios, universos, cruzando el tiempo, las dimensiones, los diferentes planos que existen en este planeta..
Y lo percibo como el sonido del mar, anidando en mi alma como una gran esperanza, con la certeza de que esa verdad existe en mí, como la respiración vive en mi cuerpo...

La llama que arde y que reluce en mi pecho me indica el camino que mis pies van trazando en la arena. Las olas del mar de esta nueva visita a este rincón tan especial, danzan con mis ojos, que las cuentan para saber cuánto tiempo he estado recorriendo esta playa.



El horizonte anaranjado me enamora una vez más cuando su música celestial me canta y me serena en mis cuentos de amor entrelazados a mi alma sutil, amante de amores, sedienta del beso del sol del alba que se clava en mi mejilla cada mañana.

Nostalgia de rayos dorados que me tiñen de ángel, de nubes blancas que me cosen las alas que siento, de cielos azules que nacen en mi mirada para ser devueltos al océano cuando vuelo por encima de su hermoso reflejo marino, que se diluye en mí, entero, y me convierte en la diosa del punto donde se une la magia de lo físico y lo etéreo.

Mi piel es de luna, de estrella, mis manos de lágrimas de versos de tus poemas perfectos, fabricados con esos susurros que me dibujan tu rostro bello, grabado en mis labios y disuelto en el aire que entra hasta mi cuerpo, para nutrirlo, para cuidarlo, para sostenerlo.

El poder del amor es invencible, es la deidad que nos conduce al infinito, al éxtasis energético, a la pureza más sagrada e intensa, es el sustento por el cual mi elevación me permite este acercamiento...

Y sueño tus pensamientos, siento el deseo de tu alma dentro de cada voz que presiento, veo tus sonrisas en el calor de un mensaje que se hace completo entre mis manos al escribir con la pluma de mi sentimientos.

Soy la llave que abre las puertas del miedo, atravieso la tormenta de rayos fieros, más allá de lo que no entiendo, grácil como la luz de un lucero...

El poder del amor es lo que me impulsa, me mueve, me arrastra hacia tus pasos inciertos, vistiendo la desnudez de la fantasía que promueves en tu intento de atrapar tus anhelos, con mi amor imperecedero...

Como una melodía confusa, me deslizo entre las ondas del viento, viajando hasta tu ventana y colándome en tus momentos, para acariciar tu alma con la respuesta a tus susurros, a tus señales, a tu llamamiento...

  • Aquí estoy, como siempre te prometo, en esencia, como nota de un piano que se muestra melodioso ante tus sentidos, como gota de rocío que se posa en tus ojos y se convierte en la lágrima de amor más intensa que jamás hayas sentido, que se posa suave en tu boca para ser en ti la saliva que te muestre el sabor del amor más verdadero...

Me distraigo en tu lengua para sentir la huella de tu nuevo traje en este mundo tan austero, ruedo luego en tu garganta hasta llegar a tu pecho y estallo en tu música, en tu aroma y en tus latidos, para latir contigo...

Si me llamas acudo sin dudar, tras el susurro de tu alma radiante, con el poder que el amor me otorga sin más, con mis alas atadas para poder volar, con el aspecto del ángel que deseas encontrar, con el atuendo de lo que tu mente desea inventar, mas siendo yo, sin error, pues mi nombre lo hallas en mi vibración, única, mía, de los dos...

Arael Líntley


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