Una
simple y sencilla rosa
se
ha perdido en mi desierto
de
imágenes borrosas
de
crueles pensamientos...
Bella
y dulce, ella se posa,
en
los latidos de mi aliento,
intentando,
primorosa,
que
me aleje de mi tormento...
Mas
en mi dolor soy la esposa
del
cautivero del esperpento,
que
ha creado raíces capciosas
para
hundirme en descontento...
No
sé dónde está mi rosa,
sólo
hallo abatimiento,
yo
no soy esta cosa
que
sucumbe al decaimiento...
Voy
a dormir silenciosa,
en
la noche de mi sufrimiento,
voy
a soñar flores hermosas
que
ya no hay más aturdimiento...
Arael...
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