sábado, 28 de diciembre de 2013

SALVARTE, SALVARME


Si llorar fuese la llave para alcanzar
a tu alma cautiva por la niebla
del pasado que la encerró
entre las rejas de la adversidad,
en una atmósfera espesa
que no atraviesa mi amor,
que te envío para poderte guiar,
si mi llanto fuera suficiente...
ya habrías visto salir el sol.

Reconocerte no es lo complicado,
mas sí lo es tocar tu corazón,
llamar a tu ser para que despiertes
tampoco resultó en vano,
y la lucha por alcanzarte con tesón,
ahora me está apartando inerte...
pues ya sin fuerzas me desmayo.

Riego las flores del jardín cuando
la luz de mi alma se enciende,
para avivar los colores hermosos
que desde siempre vivo amando
con todo mi espíritu existente
que sin condición ama dichoso
guiándome muy activamente...




Y si mi esencia siempre te siente,
si mi alma no te olvida,
ésta, la mujer torpe y humana,
con su dolor cada noche duerme
callada, triste y vencida
por tan tremenda batalla,
del día a día sin resolverme...

No es un final, lo sé, lo sé,
marcas, pruebas, señales,
se alzan ante mi cobardía,
me levantan del suelo otra vez,
para luchar en los umbrales
entre el miedo y la alegría,
sin importarme los porqués,
para enseñarte la salida...

Y cuando salgas, cuando respires,
no sé bien qué pasará conmigo,
si mi función fue sólo salvarte
o intentarlo es mi declive,
y si hoy me arriesgo contigo
es porque desconozco no amarte,
cómo irme cuando ya vives
físico, completo aunque esquivo
después de tanto esperarte...

Como un viento que pasó
fresco, bello y efímero,
veo pasar a mi otra parte,
estrella fugaz que encandiló
con su brillo magnífico,
y me hizo sentir muy grande,
y doy las gracias en su honor,
porque en ello queda implícito
mi reverencia, mi alarde
ante mi asombro y devoción
por tal “mitad” impresionante...

Si tú vieras tu alma como la veo yo...
no sufrirías, hombre andante...


Arael...

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