jueves, 31 de marzo de 2016

DE MI DIVINIDAD A LA TUYA

Me siento, te miro,
el aire parece espeso,
me entrego a mi destino,
contemplo tu mirada,
es eterna, es la quimera
de mis designios,
estoy completa,
pero te alcanzo y me visto
de tus gestos, de tus mimos,
de tus misterios,
soy una música creada entre
los sonidos de un piano etéreo,
que tus manos acarician mientras
mi alma se pierde entre tus risas,
entre tus dedos, que la dibujan,
que la embelesan,
para bebérsela con esos labios
que a mi corazón se entregan...

Y te amo, sin mirar atrás,
sin tocarte, sin pensar en nada más,
tan sólo en darte, darte, darte...

Mi divinidad se derrama entre tus latidos,
hieres la ignorancia de mis ayeres
que siempre fueron torpes y entumecidos,
te me desmayas en los placeres
que se entrelazan entre suspiros,
y vuelan las alas de un ángel
para elevarnos hasta
lo que aún es desconocido...

La eternidad no es suficiente para quererte,
ni es tan profunda como mi otro cuerpo,
ése que no se mira, que sólo se siente,
por eso buceo en tus lágrimas perennes,
cuando te vuelcas en mi pecho para disolverte
y unirte al pulso luminoso de mi esencia,
de mi consciencia más sublime y solemne,
que sobre esta realidad insulsa
te abraza y te sostiene...

Mi divinidad se enciende,
te veo entre los surcos
de mis pensamientos,
yace la noche de mi alma
cuando tu boca escribe
con el verbo la palabra
de lo que eres,
y me elevo tanto, tanto,
que ya no soy este yo inconsciente,
que tanto miedo suscitaba
en mis anteriores vaivenes...

Me siento, te miro,
el aire se presta fresco,
me busco en tu cariño
y soy un ave que surca tu cielo
mientras tu vuelas a través del mío...

No hay horizontes
que no amanezcan con tu nombre,
ni futuros que se desnuden
si no estás presente,
no busco tu perdón,
ni que me ames,
porque sé muy bien lo que sientes,
sólo quiero ser y vibrar en ti,
y tú en mí,
como lo hemos hecho siempre...


Arael Elämä...


EL COMIENZO


Desnudos, sangrantes, mis pies llegan al final del camino. Mis lágrimas han alcanzado ya su anhelado destino, mis manos ya no sostienen el peso que tanto dolor había infligido en mi alma, en mi corazón y en mi espíritu que por fin hoy ha renacido.
Y en el agua, mis heridas se detienen y se elevan, cicatrizan y me liberan, me entrego a la dicha y mis hombros ya no sujetan el mundo que tanto miedo me producía...

¿-Quién eres?- pregunto mientras observo mi reflejo en el río cristalino que atravieso decidida, dispuesta a dejar atrás lo que ya he vivido, para olvidarme del pesar del que tanto he aprendido.

Mi rostro ya no es el que siempre me mostró mi identidad pasajera, ni mis arrugas por el tiempo transcurrido son ya la marca de mis verdades, de mis esperas, de mi presencia divina, ya no hay motivo por el que pueda despreciarme, ya no busco que la consciencia me invada y despierte a mi alma adormecida, ahora ya no estoy cautiva...



Mas siento que hay en mí un cierto miedo de Ser, pues aprendí a no serlo, a quedarme sumida en la mentira de mi ego, que me otorgaba la calidez de un hogar falso que me callaba y me cobijaba en los inviernos...

Hacerme cargo de mí misma, en la libertad de mi verdad más intensa, aquella que me hace ser lo que yo soy, es un enorme desafío al que me enfrento ahora que ya he cruzado esta frontera, este torrente de dudas que me ha conducido hacia otro ciclo, hacia otro lugar que desconozco, hacia otro sitio en el que nada fue creado, pues he de creer y crear, siendo el pincel y la pintura que dibujan un nuevo horizonte colmado de brillos, de suspiros de aire vívido y tranquilo, de belleza límpida, exquisita, donde se alza con amor una nueva humanidad inherente a la vida, a la nueva tierra soñada y renacida...

Soy sólo un eslavón, una gota que ayuda a que se forme el océano de la conciencia diamantina, que ha brotado desde la ardiente llama que abrasó mi mente, mi inconsciencia, mi debilidad, mis creencias más queridas, para pulir cada fragmento de mi alma que se había rendido a la mendacidad más admitida, mas soy, siento, y mi latido es el impulso de este cambio, este comienzo anunciado y permitido, tras el final de un tormento consentido, que ahora ya no es, no existe, porque por fin, el ayer ha sucumbido...

Y se suman más existencias, más corazones encendidos, más presencias que se enamoran del amor, de los talentos, de la capacidad de ser a través de la materia, de los cuerpos de seres humanos comprometidos consigo mismos...

Arael Elämä...

lunes, 28 de marzo de 2016

AMOR EN VENECIA

Amor, no sabes cuánto añoro la calidez de tus manos, sosteniendo a mi alma, abrazando mis ilusiones, contemplando el amanecer de mis sueños, elevando hacia los cielos mi existencia renombrada por tu boca, por tu voz que es la melodía que desviste a mis tristezas, y me desnuda de mis manías locas...

No conoces bien la plenitud que tus sonrisas dibujan en mi espíritu, que goza de esta vida por tantos motivos, aunque sólo hay uno, sí, sólo uno eterno, uno muy cierto y muy divino, uno perfecto, tu presencia en mis ayeres, mis ahoras y mis mañanas más esquivos, porque, entregada a la cascada de tu risa prófuga y bendita, me vuelvo luna, sol, cielo, vida, y me convierto en universo por estar en todas partes contigo interminablemente fundida...

Si al abrir mis ojos en la aurora me envuelves como siempre en ese "buenos días", me estalla el pecho y de él se me desmayan flores, estrellas y mil delicias, mieles que sólo tú despiertas y que sólo tú suscitas...

¿Recuerdas amor mío cuando en Venecia coincidimos?, allí viajamos por el río de nuestros deseos, danzamos con la música de nuestros anhelos, nos bebimos las almas junto con el vino que embriagó a nuestros cuerpos que sin pudor descubrimos, fusionando así nuestros caminos, y supimos, sí, ¿recuerdas? allí lo supimos, que el huracán de nuestros sentimientos vividos, se alojaría por siempre en nuestros destinos...



Y es que siempre te supe, siempre te tuve, siempre fui con tus manos el poema que tu vida escribía, la historia de muchas existencias en las que fuimos una sola conciencia divina, y ahora, ahora nos damos cuenta de que tu paso no es diferente de mi sino, tus labios, que aguardan que los míos se abriguen con ellos y se protejan de las incongruencias que nos presenta la rutina, pronuncian mis palabras, mi poesía, y damos gracias a este mundo que nos cobija por permitirnos entrelazarnos y ser, ser y respirarnos mientras la tinta de nuestro amor infinito que describe nuestra mirada y nuestra dicha, crea los versos con la música de nuestras almas ligadas como la noche y el día...

El aroma de tus latidos se me clava en la garganta, y mi canción se me desarma, se reescribe con tus caricias y se moldea con tus alabanzas, y la resonancia de mi verdad se mezcla y diluye con la tuya, porque ya eran antes de conocernos una sola partitura, un cuento de fantasías realizadas y sentidas, un castillo de conexiones etéreas, de cristales de reberveración pura y de materia creada con el amor, en este lugar transmitida y reservada sólo para nuestra locura...

Y por eso te añoro, amor mío, aunque no haya motivo, aunque me cubras con tu ser por completo mientras me desperezo en las mañanas frías, porque te vivo en mi pecho, porque te cuido y te beso, porque te amo y te quiero, porque soy el rayo y la fuente de luz de donde provengo, y a veces, sí, sólo algunas veces, te quiero tanto, tanto, tanto, que me olvido de que ya estás conmigo...

Arael Elämä...

sábado, 19 de marzo de 2016

MI FORMA DE AMARTE


Antes de que vuelvas a huir, a refugiarte en tu mundo y a tratarme con tanta indiferencia, te diré por fin cómo es de veras mi sentimiento, aquello que quería contarte, lo que tu alma sabe aunque tu boca te mienta.
La única forma en la que puedo amarte es desde dentro de mí, extrayendo todo lo que soy enfocando hacia ti, hacia tu corazón, diluyendo mi amor con el tuyo, creando así una energía nuestra, formada por nuestros dos seres, que ya eran uno antes de estar capturados en estos cuerpos...

No me pidas que dependa de ti, que muera de dolor si tú no estás, que demuestre mi amor sintiendo celos cuando sonríes a otras personas o eres amable con ellas, que me muestre débil para que tú te sientas fuerte, no me pidas que sea lo que no soy...

La única manera en la que puedo darte mi amor es siéndolo, siendo ese amor en mí, y permitiéndote a ti que lo alcances, que te empapes de él, que lo sientas en ti, que te invada, porque el amor que hay en mí soy yo misma, y si te amo, será sólo con todo eso que soy en mí.

No puedo ser otra cosa que no sea una presencia envuelta de un cuerpo físico, guardada temporalmente dentro de él, pero no encarcelada, no atrapada, sino vestida de él, con la posibilidad de desnudarme de mi atuendo humano y sentirme en expansión, sin limitaciones que me impidan existir en cada ser, porque pertenezco a la existencia total, soy la existencia, igual que tú, y si quieres que nos experimentemos amándonos dentro de estos trajes humanos, lo haremos, pues la consciencia así lo decidió antes de que yo te hiciera esta pregunta, antes de que tú me dieras la respuesta...

La única forma en la que puedo amarte es desde mi plenitud, desde mi amor hacia mí misma, desde mi incondicionalidad, así que si quieres ir de la mano conmigo, suelta los dogmas, suelta el deseo de poseerme, de sentirme parte de algo tuyo, porque no puedes agarrar al viento, y yo soy viento, no puedes creer que te pertenezco, porque el viento sólo se pertenece a sí mismo, y te diré algo más, tú eres ese viento y yo soy contigo una ráfaga que se une y deja de estar separada de ti...No existen límites que nos separen, querido ser que habitas en ese otro cuerpo, amado mío, existo dentro de ti y dentro de mí, y dentro de todo, y fuera de todo, y en la nada, pero yo, la existencia que está en mí y en ti, te escojo a ti, sí, a ti para amarte desde una pequeña experiencia de amor que abrazo desde la magnificencia...

Ayer fui frágil, creía que era sólo una débil semilla que apenas crecía, que nadie podría percibir, mas hoy he crecido entre todo aquello que me hacía daño, y mi tallo robusto me permite defenderme, y mis espinas están para demostrarme que soy fuerte, que sólo escogí este mundo para saber amar a pesar del dolor, trascendiendo el sufrimiento, sin esconderme, floreciendo cada día con más ímpetu, emanando la esencia que se me otorgó con este cuerpo a través del cual te hablo, te escribo, te cuento, te miro, te digo que no me pidas que sea lo que no soy, que entre en el juego de la seducción, porque simplemente, ya fui seducida por la vida, conquistada y amada, bendecida, y si quieres seducción tendrás que sucumbir a la mía, porque yo soy la seducción, soy la fuerza, soy la poesía, envuelta en una persona que te ama y que es todo eso con la osadía de entrar en tu alma y demostrarte que en ella está la mía...



No importará entonces si las barreras se levantan para evitar que te arranque la creencia de que la vida es lo que tu mente implica, lo haré, lo haré igual porque no fui yo quien decidió que eso sucedería, ni siquiera quiero hacerlo, pero la existencia así eso quiso, aunque yo me dé media vuelta y mi camino prosiga, ella, ella sí ella, será quien desde mi presencia, y en la distancia que en realidad no existe, te atrape y me agarre y nos una para experimentarse a través de nuestras pequeñas consciencias...

Así que, amado mío que te escapas de tus propias sombras escondidas, la única forma en la que puedo amarte es desde dentro de mí, extrayendo todo lo que soy enfocando hacia ti, hacia tu corazón, diluyendo mi amor con el tuyo, creando así una energía nuestra, formada por nuestros dos seres, que ya eran uno antes de estar capturados en estos cuerpos...

Y cuando lo entiendas, cuando te encuentres con ella, sí, con la existencia, con tu gran consciencia, sabrás qué era lo que significaba esta enmienda, este intento de que por fin ante mí así lo sientas...

Arael Elämä...

domingo, 6 de marzo de 2016

COMO UN ÁRBOL



Respira, siente la brisa del viento suave, te habla, recita entre susurros tu nombre, te eleva y te encuentra, te ama y te alimenta, te besa y te danza, te canta y te envuelve para que entiendas que eres mucho más de lo que piensas...

Pisa fuerte la tierra, ancla tu fuerza en ella, tus raíces, tu entereza, y siente su amor recorrer tus venas, ascendiendo siempre por tus piernas, que son el tronco del árbol que te sustenta...

La savia es la sangre que te convierte en la materia orgánica que vive y que en el subsuelo se adentra, para ser valiente y elevarte por encima de las nubes, con tus ramas que acarician robustas a las libres aves que se acercan y que a tu encanto sucumben...

Eres como un árbol, sí, un árbol que crece y que aguanta todas las tormentas, que sabe quién es y cuál es su misión allí donde se encuentra, un árbol que se mece con sus silencios, cubierto de hojas verdes que son sus múltiples sueños, sus vivencias, sus recuerdos, sus mañanas, sus historias y sus poemas, sus creencias y sus dolencias, sus alegrías y sus torpezas, enredadas y envueltas en la gran sabiduría que lo dignifica y lo encauza hacia sus metas más sublimes y más ciertas...



Y esas hojas, que nacen en sus ramas, maduran cuando acaban su función, siguiendo fases, procesos, momentos, paradigmas que se dispersan a través de todas ellas, y tras su ciclo ya completado, el árbol simplemente suelta, y se desapega, para dar paso a algo nuevo, algo que le devolverá la jovial dulzura del nacimiento de lo que sustituye a su antiguo aspecto, por otro que se alza desde un nuevo fundamento, más elaborado y a la vez más natural y más sincero, más fusionado con lo que suena como música en una obra divina, actualizada, mas insólita y entregada a una nueva forma de vida...

Eres un árbol, de recias raíces, de ramas que alcanzan lo más celestial y lo más increíble, de hojas que son sutiles gotas de sabor a lo que son los aprendices, que sueñan con descubrirse, con amar lo que son sin juzgarse, con ser lo mejor que puedan ser y dejar de arrepentirse de lo que fueron, porque siempre fueron semillas que brotan para expandirse...

Eres un árbol perfecto, que nada envidia, que nada codicia, que todo lo tiene, pues todo lo que él es brilla y se enciende con cada mañana, con cada luna, con cada estación, pues se adapta con firmeza y con osadía, con cada principio y cada final, sin temor a ser lo que es, creando vida, creando la fresca sombra para quien la necesita y en ella se cobija, creando luces entre esbozos de un mundo que respira a través de su existencia, emanada para otros y para sí mismo, en una simbiosis con la conciencia de un todo que nos magnifica...

Eres un árbol que no entiende de guerras, de dualidades, de hipocresías, de enfrentamientos, de mentiras o de burlas hacia las otras existencias que en este planeta habitan, un árbol que no hiere, ni ataca, que sólo es y emana su fragancia, su esencia, con respeto al todo al que pertenece sin ostentar dominar, ni ultrajar lo más sagrado que es él mismo reflejado en todas las otras vidas...

Eres tan sencillo como eso, eres un árbol que besa el cielo y la tierra, un árbol que se respeta y que es pura coherencia exquisita aunque pase desapercibida...


Arael Elämä...

martes, 1 de marzo de 2016

FANTASMAS



Emprendiendo el camino, el sendero hacia una verdad sostenida en la música de un corazón encendido, se desprenden osados los insultos del pasado, las dispersas evidencias de que los obstáculos renacen de entre sus propias cenizas, y entonces el alma se subleva, y así agarra con suma fuerza su poder por la empuñadura de su sabiduría cierta, para deshacer con calma los hilos de la enredada mente que se interpone entre el yo y la felicidad anhelada y perseguida...

Y un sollozo lejano se diluye entre mis manos etéreas cuando trato de consolarlo para así vencer el llanto, para dejar de estremecerme cuando intento levantarme de la caída de los sueños que durante tanto tiempo me han guiado.

El valor de las cosas que en la realidad han ido sucediendo, ha resultado ser tan sólo una mentira, una idea preconcebida, implantada para que mi verdad fuera fustigada al emerger para liberarme de la esclavitud de una vida mal enfocada, de una visión terca, e inhibida.

El soñador que había en mí desenfundó su espada para luchar embravecidamente contra los fantasmas que ya se despertaban.
Y en cada paso que fue dando, fue enfrentándose a ellos, uno a uno, mas de nada servía matarlos, porque nunca ganaba la batalla.

Descubrí así que no debía asesinar lo que temía, ni huir de ello, ni darme nunca por vencida, pues cuanto más fuerte era el enojo y la incomprensión de lo que me acontecia, más me daba cuenta de que nada era real en aquella contienda sin salida.

Y entendí que los fantasmas a los que me enfrentaba o sometía, son miedos y penurias que inventa la mente cuando buscas alcanzar lo más sublime, y que emergen de los confines de lo más oculto de tu oscuridad más temible, que por mucho que los aniquiles, en tal acto nada te exime de tu responsabilidad de comprender para qué aparecen y qué te exigen, para qué te persiguen cuando te encuentras ante tu verdadera esencia, y te reconoces entre todos los personajes que has sido y que todavía, en ocasiones, eres, y que se desperezan y te asedian para que regreses a la norma, a cumplir con las reglas, para ser de nuevo vencido por el sistema, por la matriz de ilusiones que te somete y que te enerva, que sutilmente te emborracha para así convencerte de lo que está bien, de lo que está mal, hundiéndote en el pantano de la dualidad, en la separación, en la competición, en la guerra...



Y los fantasmas te conducen a tu propio mundo dual en tu interior, proyectado en lo que ves fuera de ti, identificando al otro como parte de ese combate y tratando de cambiarlo, de convencerlo, de demostrale que tienes la razón, que tú eres el sabio, mas de nuevo estás enredado en la trampa del control, de un ego que demuestra gobernar tu mente, tu cuerpo, anulando de nuevo a tu alma, que sólo sabe una cosa, que existe, que es, que no hay nada dual, que todo es un engaño, un laberinto en el que se pierde siempre el ser humano.

No hay que ganar, ni perder, no se trata de vencer nada, ni de sanar, ni de cambiar, se trata de permitir que lo que es sea, y que los fantasmas hagan su función sin que nuestro andar se detenga, y que nuestro dolor se funda con nuestra verdad para que éste no duela, y que nuestra alma se expanda como fragancia a través de nuestra mirada, nuestra voz, nuestra naturaleza...

Y si otros intentan que seas de otra manera, debes recordar que sólo se observan a través de tus pasos, y que sus fantasmas y los tuyos se intercambian la tentaviva de frenarte para que dudes de tus convicciones internas...

Sé siempre lo que tú eres, no temas, no dudes, no escuches aquello que parte del miedo de quien a su alma no se entrega...

Emprendiendo el camino, el sendero hacia una verdad sostenida en la música de un corazón encendido, he tropezado con muchas piedras, he limpiado un sinfín de heridas, he dejado atrás a personas a las que amaba porque debía atravesar una puerta que ellas no escogerían, he sufrido mi propio juicio, y el de quiénes no me comprendían, mas no me arrepiento de mi ruta, ni de mis elecciones vividas, pues a pesar de ser todo una ilusión para así poder encontrar esa verdad en mi alma prendida, me conducen hacia mi lugar sagrado, mi consagrada y amada Alma, mi Ser, mi unión divina conmigo misma.

Arael Elämä Araham...