viernes, 22 de enero de 2016

EN LOS BRAZOS DE UN ÁNGEL



Ayer me dormí en los brazos de un ángel,
y hoy desperté envuelta en sus dulces alas,
sus besos rociaron mi rostro de infinitas caricias,
de su piel etérea y cristalina, encendiendo mi alma,
para vestirme de divinidad y de sonrisas...

Ayer me dormí en la mirada de un ángel,
y hoy desperté rodeada de sublimes cielos,
las nubes en mi cuarto se dibujaban
y una música celestial se posaba en mi pelo,
para peinarlo con supremacía sagrada...

Ayer me dormí en los labios de un angel,
y hoy desperté enamorada de su sabor sincero,
su boca me habló de amor de otros mundos,
de fusión de cuerpos, de la muerte del miedo,
para después desatarme de velos oscuros...

Ayer me dormí feliz en la voz de mi ángel,
y hoy desperté en sus poemas, en sus versos,
mi corazón tembló ante su bella presencia,
pues amarle es un humilde y bello secreto
que me diluye en su vida y en su esencia...

Ayer me dormí entre susurros de un ángel,
y hoy desperté siendo eterna y osada,
su protección me hizo sentir mi fuerza,
su desnudez abrió mi pecho y escapó mi alma,
para entrar en sus ojos y ser él en esta tierra...

Hoy estoy despierta en su elevado vuelo,
con el atuendo de su amor y su fragancia,
nadando en sus pupilas zafiro y sumergida
en sus manos que me sostienen en la magia,
y me acompañan para sentirme cuidada y viva...

Arael Elämä Araham...





domingo, 17 de enero de 2016

AL DESPERTAR


Hoy al despertar, el sol de tu sonrisa ha iluminado mi rostro, bañándolo de tu dulzura, de tu infinita osadía de amar a esta persona que soy, esta mujer envuelta en su crisálida, mutando un día y otro, sedienta de ser esencia pura vestida de humanidad, abrazada mientras tanto a tu cálida mirada, que me recuerda que la vida junto a tu presencia es la bendición más sublime que recibo cuando abro mis ojos cada mañana.

Hoy al despertar, tu mano ha rociado con su aroma a la piel que recubre a esta persona que yo encarno, viajando entre mis deseos, dibujando en ella mis sueños, borrando así todos mis miedos, calmando la angustia de mis desconciertos, bebiendo después con tus labios las dudas que todavía en mi ego vivo y siento, y he sabido que amarte es lo que enciende mi pecho y me eleva hasta alcanzar dimensiones y espacios que todavía en mis memorias recuerdo.



Hoy al despertar, mi cabello se ha enredado con tu cuerpo, y atravesando los muros de mi inconsciencia, has derrotado a los monstruos que construye mi torpeza, aquellos que se me cuelan por las grietas de lo que aún no he logrado trascender y superar, y que tú doblegas tan sólo con rodearme con tus brazos para transmitirme lo que siempre me susurras, que soy fuerte, que soy Ser, que cualquier barrera que yo vea no es más que una ilusión que yo misma me impongo cuando temo progresar.

Hoy al despertar, se han fundido nuestras almas, nuestros seres, nuestra divinindad, y mi personaje humano, que te ama, que te ama impune, voraz, se ha perdido en tu energía vigorosa y ha sentido expandirse su conciencia hasta lo interminable, lo inalcanzable, lo indescriptible, para morir en la pasión más celestial y soberana, amor de encuentros en todos los lugares donde nacemos y no nacemos, amor de fractales de nuestros seres que en muchos mundos nos encuentra para volver a despertarnos juntos cada alborada.

Y es que contigo me elevo, contigo me entiendo, contigo he nacido mil veces y mil veces he muerto, contigo me hallo y me reconozco en tus besos, contigo percibo quién soy cuando te observo, contigo me duermo y contigo, amor eterno que existes siempre en el núcleo de lo que soy como ser etéreo, contigo, contigo me desnudo de lo que no soy y me despierto...

Arael E. Araham.

martes, 12 de enero de 2016

ERES EL MAR



Mar embravecido que me clamas en la noche, que me muestras el valor que se oculta en la piel que me envuelve y que me esconde, que despiertas mis sentidos y me inundas de misterios y de historias que se explican con eternas y fugaces voces...

Quiero ser tu esencia, porque la respiro en cada poro de mi cuerpo, en cada suspiro de mi alma, en cada beso fresco de tu agua que me provoca recordar y emanar mi voz, para gritar la poesía de mi espíritu eterno, poema incierto que se desenvuelve en los mundos reales, nadando por los mundos sublimes que me encandilan y me abrazan rodeándome con su magia, con sus dones...

Mar de oleadas musicales, vientos marinos que me elevan y me elevan, para convertirme en ángel de vaporosas alas y de cuentos navales, versos contiuos, perpetuos, escritos en cada partícula de las escamas que se dibujan en mí tatuadas a fuego...

Quiero que bucees en el núcleo de mi existencia, que seas yo misma encarnada en tu bravura, en tu indolencia ante los miedos que me esclavizan y me atormentan, para otorgarme la gracia de tu fortaleza, de tu impune rebeldía que te engrandece y que al mismo tiempo te apacigua con un gesto grácil para ser la calma de tu corazón ardiente y colmado de ternura.

Mar que eres mi yo diluido en mil espacios que envuelven a esta esfera, donde mi persona se presta al juego en el tablero de la humanidad que me aferra a la desidia cuando el horizonte se diseña como un volcán de incertidumbres que me desesperan...

Préstame tu belleza, tu entereza, ámame, para que ya nunca más me decaiga y desfallezca, nútreme para que la mujer que soy se reconforte con tu grandeza, con tu experiencia, revélame qué soy, quién soy, quién es esta humana que te aclama y que te ama derribando las murallas que, lejos de consumirla, la acrecentan...

  • Eres el mar, mi niña de ojos tristes que entre dos mundos vuelas, eres la sal, el agua, el hielo, el vapor, eres la existencia que en lo que amas se manifiesta...


Arael E. Araham...


viernes, 8 de enero de 2016

AMOR DE ENSUEÑO


Como faro de luz azul, se me antoja tu mirada, que nutre mi camino con el fulgor de tu abrazo tenue, bañado de estrellas que me acompañan para que la soledad no sobrecoja mi sonrisa, y no fustigue a mi alma enamorada...

Tu presencia, que se manifiesta como vida eterna, se me clava en el pecho como ráfaga de vendabal que me atraviesa, y que despierta un mundo de mariposas que vuelan dentro de mí, con sus alas zafiro, brillantes, extenuantes de felicidad, contagiando mi cuerpo del gozo de su libertad, de su amor, que es tu amor en mí...



Si tan sólo tu beso en la madrugada fuera más largo, tan, tan intenso y tan extenso que me durmiera para siempre en él, tal vez lograría comprender esta unión contigo, más allá de lo que la realidad me explica y me muestra, más allá de lo que todo lo que yo soy siente cuando me besas, porque el estremecimiento sobrecoge mi piel y la traspasa...

Tú sabes muy bien eso, sabes cómo llegar y con un solo gesto alcanzar por completo a mi alma...

No puedo decir que te quiero, eso no basta, te amo desde el amor, no desde mi cuerpo, mas mi cuerpo lo vive por entero, vive el amor en cada célula, en cada sueño, en cada osadía de amarte con mi espíritu, con mi alma, con mi boca, con mis ojos, con todo lo que soy en cada uno de los universos...

Sea quien sea yo, tenga el nombre que tenga, más allá de lo que entiendo, más allá de donde habite mi ser, incluso más allá de mis sentimientos, allí, allí mi amor se convertirá siempre en tu cuerpo, en tu alma, en tu ser, en todo lo que eres en miles de universos...

Arael Elämä...

sábado, 2 de enero de 2016

ZAMBULLIRME EN MI SER

En un mundo donde todo era monotonía, limitación y donde la vida transcurría como una rutina esclavizante que me sometía, mi alma prisionera gritaba para escapar y liberarse de las cadenas que la encarcelazaban y la confundían.


Intentaba desligarse de sus ataduras a través de mis manos, mas sólo lograba expresarse escribiendo lo que ella sentía, y se dibujaban así las poesías que la definían, aun sin lograr liberarse y volar como ella tanto anhelaba y perseguía.


Una cárcel tras otra, una puerta abierta, una salida, y otra muralla que se alzaba ante ella y que la retenía.


Y entonces ella se hizo yo, se manifestó en mis ojos y todo a mi alrededor se volvió vida, movimiento, alegría. Las calles no parecían las mismas, las gentes eran diferentes, lograba ver su interior fulgurante, y aunque por fuera parecían sombrías, en sus corazones brillaban estrellas, algunas grandes, medianas y pequeñas.



Quedaba mucho por hacer, capas y capas de mendacidades que debían caer, como velos, como sombras que se irían alejando al alcanzar la luz, como destellos que se irían uniendo para dar forma a otra realidad que se ocultaba tras la niebla del acostumbrado error, de la verdad que no era verdad.


Hasta que, paso a paso, alcancé un lugar donde no había camino, donde debía aprender a volar, donde debía ser valiente y atreverme a saltar. Un gran precipicio muy cerca de un enorme mar, provisto de la gran aventura de lo que significaría soñar y amar, y ver tus sueños convertirse en realidad.


Era preciso atreverme a lanzarme a la nada, pero temía herirme y no recuperarme, temía engañarme, y entonces me habló mi alma, para decirme que mi ser me esperaba, que confiara, que yo sólo era una ínfima parte de un gran sol que era yo misma existiendo en dimensiones impalpables.


Y salté, salté porque sabía que mi Ser me sostendría, que me cubriría de su aroma y su delicadeza, que nadaría en él, bajo su presencia, buceando entre su amor y sus certezas, para después, cubierta de él, pudiera ir vestida de su fragancia...

Me lancé al océano de mi presente, de mi Vida eterna, para volver al origen de mi existencia, y ser uno con toda la conciencia, bañada en las olas de la playa de mi alma, de mi cuerpo, de mi inocencia...

Y ahora Soy, existo, dentro y fuera de los laberintos de la ilusión que la mente crea, en el cielo y en la tierra, en el agua, el fuego, el viento y la arena, en el éter, en el vacío y en la infinita fuente de donde proviene mi esencia...

Ahora nado completa entre peces, delfines y sirenas, en los mundos donde la vida es mucho más de lo que el ser humano refleja, para así poder manifestar otra realidad que ayude, como una gota más, a transformar a esta humanidad obsoleta...

Arael E. Araham