Bienvenidos a mi punto de encuentro conmigo misma, donde dejo volar la imaginación, donde las palabras se reescriben desde lo más profundo de mi Yo, donde mi Ser se expresa con el idioma universal del amor, donde mi mente se desmaya entre versos y frases del corazón... Bienvenidos a mi mundo, al mundo mágico del alma..
Entre
mis sueños recurrentes, siento tu beso posarse en mis labios, como
mariposa que revolotea, jugando a besarme, aprendiendo a amarnos como
niños hambrientos del amor que desprendemos...
Es
entonces cuando mi alma danza...
Siento
en ese momento tu deseo de entregarte, de darme tu alma para que la
acaricie, para que la meza entre mis brazos, sedientos ambos de
regalarnos la pasión que durante tanto tiempo sostuvimos mientras
nos buscábamos...
Es
entonces cuando mi alma danza...
Se
abre mi corazón como rosa que se nutre de tu luz, de la ternura que
desprende tu Ser completo que me deleita con su música perfecta, que
se entreteje con el lazo de nuestro eterno amor tantos años
encendido.
Es
entonces cuando mi alma danza...
Y
nuestros cuerpos etéreos, que se desnudan de las ataduras de lo
terrenal, se olvidan de sus vidas físicas, de los obstáculos
mentales que nos impiden estar cerca, de los prejuicios, de la niebla
que nos separa, y se diluyen en un acto de amor sagrado, de fusión
interna, en una conexión de destellos y de luz, amándonos con todo
lo que somos...
Nuestras
almas danzan al compás del amor que sentimos, un amor que nos cubre
de bendiciones, de la magia de lo irreal, con todo lo que ello
implica, sin miedo, sin pretensiones, y en ese momento sólo
existimos tú y yo, enamorados, de alma a alma, reconociendo lo que
somos, almas gemelas que se fusionan en lo que siempre fueron, un
solo ser completo y desarmado ante sí mismo, ante su propia unión
consigo mismo, con el todo, con lo que es.
Danzo
en ti, danzas en mí, en tu cuerpo impalpable soy yo misma, nadando
en tu oceáno de luces, y en mi mar de colores te deslizas, para
sentirme, para cobijarte en mi corazón que te descubre, que te ama,
que te recuerda...
Entre
mis sueños recurrentes, te veo, te siento, te amo...
Y
he buscado hallarte en este mundo humano, compartiendo nuestros
mundos, repartiendo nuestro amor, para traer el cielo juntos, para
lograr nuestro propósito, para que nuestra unión nos bendiga con la
serenidad y la fuerza de un gran amor que nos está esperando a la
vuelta de la esquina.
Tal
vez ya me hayas hallado, tal vez estemos muy cerca, tal vez sólo nos
falte mirarnos...
Tal
vez muy pronto dancemos con nuestros cuerpos etéreos dentro de
nuestros cuerpos densos, y en comunión con nuestras almas elevadas,
nos amemos también sin temores, sin prejuicios, sin pudores...
Hace dos años dediqué a mi otra mitad un poema titulado "Tú me miras"... Ahora lo recito para todos aquellos que aman desde lo más profundo a su alma gemela, o tal vez a un alma afín, el amor puro del corazón es siempre un regalo del cielo...
Ayer
perdí la esperanza, me ahogué en la pena de la distancia, me
entregué a la muerte de mi alegría, de mi fortaleza adormecida por
el cansancio de este camino que se me escapa entre las manos...
Como
el viento me removí y me deshice de la ilusión que me guiaba, me
embriagué de la tristeza que persigue a mi alma..
La
añoranza me clavó su daga, me marcó con la huella del dolor por no
tenerte, me arrancó la calma, y me invitó a ser la víctima de mis
propios miedos...
Hoy
es un nuevo día...
Regreso
de un viaje donde perdí todo lo que era, donde no hallaba mi nombre,
no hallaba mi senda, mi paso se hizo lento, me arrepentí de los
errores de mi pasado, porque tal vez, sin ellos te habría alcanzado,
me habría movido en tu mundo y nuestros caminos se habrían
cruzado...
Ayer
supe que no subí en el tren que me esperaba y me quedé sola en un
andén desconocido, buscando la manera de alcanzarme, de
encontrarte...
Por
mi cobardía, nos confundimos...
Hoy
es un nuevo día...
Asumo
los errores de la que fui, hoy comenzaré a rescatarme, a ser quien
debía ser, se dice que nunca es tarde, la valentía es ahora mi
aliada, la perseverancia, el ímpetu de no continuar extraviada, en
este mundo que se me hace tan inmenso sin ti...
Hoy
es un nuevo día...
Soy
más fuerte y más sabia, y aunque suba a aquel tren que hoy vuelve a
pasar frente a mí tal vez ya no sea nuestro momento, y aun así,
nuestro pacto es más férreo que cualquier temor a que tú ya no
estés dispuesto a cumplirlo...
Seré
quien debía ser, quien soy en realidad, me mostraré ante ti, y te
ofreceré la oportunidad de cumplir nuestro propósito juntos...
De
todo esto me queda el deseo de permitirme volar, de crecer y de
complacer los anhelos de mi corazón...a través del arte, a través
de la expresión de mis sentimientos y emociones mediante la palabra
escrita, mediante todo aquello que mi alma me reclame...
Hoy
es un nuevo día...
La
que ayer murió hoy renace triunfante...
Por
mí misma, por ti, por todo lo que he venido a hacer en este lugar,
pues así lo decidí desde mi ser...
Hoy
se cierra ya el ciclo de la autocompasión...que el universo me
guíe...que me oriente hacia lo que ha de acontecer...
A veces, en el silencio de mi mente, cuando mi desconexión con mi corazón se hace presente, cuando mi sabiduría interior es cuestionada por mi ego, por mis dudas y por mi miedo, mi cabeza no para de dar vueltas, hasta acabar extasiada de dolor o de tristeza... y eso es debido a las demasiadas horas en las que la incertidumbre se apodera de mí, nublando mi verdad...
Entonces, mi creatividad explota en su versión más melancólica y deprimente, una versión que nace de lo más profundo de mi añoranza, pero que me rescata de la sobria realidad que mi mente percibe, opuesta en su totalidad a la verdad de mi alma... Pero aún así, lo que nace de mi alma artística a través de esas emociones de tristeza, merece que le preste atención, que lo publique y que haga su función sanadora en mí, y su función de espejo en otros...
Lamento la amargura de mis próximas palabras, pero no puedo, ni debo borrarlas, han formado parte de mí en un momento determinado de mi vida, no son mentira, aunque no sean verdad elevada, no están escritas para desalentar a nadie, están plasmadas en un afán desesperado de que mi otra mitad me escuche, en un instante de locura, deseando ayudar a que otras mitades de otros puedan oír el lamento del corazón de su alma gemela a través del mío. Las mitades ya despiertas, que conocen la identidad de sus almas gemelas, y que han estado sanando y aprendiendo para su unión y reencuentro, esperan pacientes a que su amada mitad se desperece y se de cuenta de que tiene delante de ella a su alma gemela... Sin embargo, todas sentimos la amargura del miedo al olvido aunque sea sólo durante un absurdo minuto, miedo de que la otra parte no recuerde, ni reconozca a quien le ama, busca y espera desde siempre y para siempre..
Ese minuto de dolor está plasmado en estas próximas frases llenas de poesía, pero son demasiado tristes, demasiado...
DEMASIADAS HORAS
Demasiadas
horas...demasiadas, entrelazada en mis pensamientos, demasiadas
evadida, perdida en ti, sin hallar respuestas, ni preguntas, sin
lograr acallar este desaliento...
Demasiadas
horas encerrada en mi cueva, deseando volar hacia alguna parte que no
encuentro, royendo mis temores, lamentos y preocupaciones, quehaceres
de este mundo que me envuelve y me aprisiona, que me desequilibra y
me golpea...
Y
es que me extravío en mis anhelos, y me olvido de que vivo en este
cuerpo, de que las normas de lo que me rodea, se hacen visibles ante
mi mundo, lugar bello, ajeno a lo que no deseo...
Demasiadas
horas huyendo de lo que no quiero, desquiciada de amor, de
sueños...demasiadas horas cuidando mis destellos, aun sin ser una
estrella que brilla, me convierto en un lucero, y no recuerdo que soy
humana, porque ya no puedo, no puedo, no puedo...
No
puedo entender qué hago aquí, no puedo...
Demasiadas
horas en este desasosiego, horas consumidas en mi memoria, tratando
de entender lo que no entiendo, saltándome minutos en el tiempo, y
días, y meses, hasta nuestro futuro encuentro...
Demasiadas
horas sin creerme, y creyendo, ante las dudas de mi mente amarga que
reclama que me rinda, pero si lo hago, muero...
Ojalá
me escuches tú, mi ángel, estando en alguna parte donde mi voz te
alcance, donde sepas en algún momento, en tu alma, que la tristeza
ha hecho alarde de mis pesares, se ha hecho visible, palpable, me ha
cazado en esta tarde mientras intentaba recordar cómo olvidarte,
para no dañarme, para no arañarme, para no ansiar tanto que tu amor
me halague...me embriague, me engalane...
Demasiadas
horas cuestionándome, enamorándome, rebuscando en mi alma las
palabras de consuelo que me abracen, que reemplacen el calor de tu
cuerpo, de tu respiración encendida que el corazón me abrase, que
me ayuden a escapar de mi deseo de besarte, de amarte...
Mis
horas se mezclan con tu ausencia, se deshacen entre mis lágrimas que
te nombran mientras te escondes, me borras, porque no me sabes, no me
hallas, no me recuerdas... Mi espíritu arde en la llama de este amor
que me convierte en fuego sagrado, chispa divina que te acaricia sin que
lo sepas...sin que me veas...
Demasiadas
horas cada día, demasiadas horas desubicada, perdida, vencida...
Hoy
son ya demasiadas horas las sumidas en la ilusión de lo que no es,
en la ascesión hacia un saber que me late en el alma, pero que me aleja
de mi parte humana... No asimilo todo esto, no asimilo nada...
No
logro confrontar lo que hago aquí, me siento abandonada...
Demasiadas
horas deseo irme, marcharme, volar a algún lugar donde me quede sólo
en un buen recuerdo, y que quienes me conocieron sepan que amé y
que el amor fue muy sincero, pero no quiero estar más aquí, no
quiero...
Atarme
a este lugar...en fin, fue algo que hice por ti, por hacer algo
grande, algo bueno, algo juntos con nuestro amor eterno... Pero si no
te hallo, si no te encuentro... demasiadas horas sin ti, qué
desconsuelo...