El infinito que se esconde en tus pupilas,
me desviste en tu regazo, entregada,
destinada a desvelarte sin mentiras
mi humilde
ser que te regala
este amor que embriagado se destila
para que lo pruebes dulce
en esos, tus labios que me cobijan…
Me asomo a tus miedos, a tu vida,
reflejo en tus sueños lo que oculte
la sombra de lo que ya no habita
en nuestro ayer, porque resurge
para hacernos sanar las heridas
que hoy miraremos con ternura
para abrazarlas sin sentir duda.
Dame tu mano, yo me doy a ti,
para ser de nuevo una luna,
llena, eterna, bella, como fui,
como fuimos, brillando en la oscura
y nocturna inmensidad sin fin,
siendo dos
seres renaciendo
para volver al uno, y sonreír
con la luz de nuestros cuerpos…
Yo me doy a ti,
¿quieres venir?
Me desarmo, te otorgo mis dones,
mi alma iluminada se expande
en tus poros radiantes,
destellando feliz en el albor
de tu deseo ardiente, amable,
que se sostiene en el calor,
de la llama inacabable
que prende en nuestro corazón…
Arael
